Una llamada.
(Gordon Parks, Mary Ellen talking with her legs, 1952)
–Buenas tardes.
–Sí, hola ¿quién es?
Una voz apenas musitada entre panes de oro del cerebro, ordenada en la memoria, dulzura adormecida en años de silencio, tesoro oculto en pirámides mayas, en edificios de piedra blanca, celosos guardianes velando la nostalgia de jaguares inmóviles, de serpientes emplumadas, piel estremecida detrás de una frontera de susurro de monjas con afilados cuchillos cercenando la pureza, palabras calcificadas en un rincón de los pulmones, vírgenes a lomos de burros que cruzan desiertos, esa voz.
–Perdone, creo que me he equivocado.
–No, no te has equivocado.
2 comments :
jaja desde luego, solo por escucuchar una voz, que te inspire como lo ha hecho, merece la pena descolgar el teléfono. Letras e imágen, geniales! ¿ ves? no me custas nada volver, meencanta lo q muestras ; )
Un abrazo y buen finde!
María, soy tan ingenuo que pienso que escribo, es decir que no comparto un diario de emociones, sucedidos, sensaciones, exageraciones. Pero qué sabré yo. Eres pertinaz, has vuelto. Muchas gracias. Un abrazo.
Publicar un comentario