A jazz jam session takes place at photographer Gjon Mili's studio loft in New York City, 1943.


viernes, 21 de abril de 2023

Los caballos

 


Los caballos
.
Cumplido un año del letargo
En que sumió al mundo la guerra de los siete días,
Hacia el atardecer llegaron los extraños caballos.
Para entonces habíamos pactado con el silencio,
Pero era tal la calma de los primeros días
Que nos oíamos respirar y sentíamos miedo.
En el segundo día
Nuestras radios fallaron; probamos las perillas; sin respuesta.
El tercer día un barco de guerra avanzó con rumbo norte:
Pilas de muertos sobre la cubierta. En el sexto
Un avión nos sobrevoló y cayó en el mar. Después de eso:
Nada. Las radios mudas; sin embargo
Continúan en nuestras cocinas
Y, quizá, continúan encendidas en un millón de salas
A lo largo del mundo. Pero si ahora hablaran,
Si repentinamente hablaran otra vez,
Si al dar el mediodía una voz nos hablara
La ignoraríamos, no la dejaríamos traer
Ese malvado mundo que de un trago
Engulló vivos a sus niños. Ya no lo toleramos.
A veces pensamos en naciones que duermen
Acurrucadas, cegadas por el sufrimiento
Y ese pensamiento nos sorprende con su frialdad.
Nuestros tractores yacen en los campos. De noche
Semejan húmedos monstruos marinos que aguardan.
Los dejamos allí a que se oxiden:
“Se desintegrarán hasta volverse abono”.
Los bueyes tiran nuestros olvidados arados.
Hemos regresado a una vida
Anterior aun a la de nuestros padres.
Y luego aquella tarde,
Avanzado el verano, vinieron los extraños caballos.
Oímos un lejano repique en el camino
Que se profundizaba. Paró, empezó otra vez
Y al llegar a la esquina retumbó como un trueno.
Entonces vimos sus cabezas,
Una ola salvaje que arremete, y tuvimos miedo.
Tiempo atrás los habíamos vendido
Para comprar tractores nuevos. Ahora nos resultaban
Corceles legendarios en un escudo antiguo
O ilustraciones de un libro de Caballería.
No tuvimos valor para acercarnos. Ellos esperaron
Obstinados y tímidos, como si un mandamiento
Primario los enviara a buscar nuestro hogar
Y la arcaica amistad hace tiempo perdida.
En un primer momento no se nos ocurrió
Que eran criaturas para ser poseídas y usadas.
Había unos seis potros junto a ellos
Criados en la desolación del mundo,
Pero lozanos, como si vinieran de su propio Paraíso.
Desde entonces soportan nuestras cargas, tiran nuestros arados:
Esa libre servidumbre aún desgarra nuestro corazón.
Nuestra vida ha cambiado; su llegada, nuestro comienzo.
Edwin Muir


Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

6.800 entradas