Sara
Que había bajado al barro de lo
abundante, desesperado de silencios, sin darme cuenta que los trenes ya no
paran en estaciones en mitad de la nada, la España vaciada, la mente
sota/caballo/rey, los gestos repetidos, lo fácil, tarea inútil, acumulando estímulos
(para otros), olvidando el amor propio (entiéndase como se entienda) y llegó el comandante y mandó a
parar. Intentaré no bowdlerizar lo que escribo, que pierde por goleada contra
lo gráfico, las músicas, lo de otros, sea lo que sea (tampoco es un drama,
ahora, ¿te acostumbras?) «I have it with this motherfucking snakes on this
motherfucking plane» (Snakes on a Plane). Buscar otro estilo, otra expresión
y el que quiera venir que venga (lo decía
Raúl González Tuñón “y si no, no”). El
modo en que los medios y la publicidad juegan con nuestras emociones,
comprender las versiones algorítmicas de nosotros mismos, que esas fuerzas han
aprendido a manipular, y saber cuándo nos hacen sentir culpables, amenazados y
engañados para que reaccionemos no a partir de la voluntad y la reflexión, sino
a partir del miedo y la angustia.( Cómo no hacer nada, de Jenny Odell.) Todo
esto puedo decirlo de manera más llana pero entonces, vaya birria, ¿qué hago
aquí? (ya me gustaría saberlo). Jugada de ajedrez,
1.Cf8
Rg8
2.Cd7
Rh8
3.Cd6
Rg8
4.Cf6+
ahora
si el Negro mueve 4... Rh8?? entonces 5.Cf7# es jaque mate, pero si el Negro
mueve
4...
Rf8
entonces
el Blanco no ha hecho ningún progreso (Keres, 1984, p. 2-3).
Y tú ¿moverás algo?
Qué frío.
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