La vuelta de Parker
Retirado
de lujos y veleidades, vuelve Parker, herido de violetas y cansancio, nadie
tiene la llave, nadie sabe más allá de una sonrisa, un gesto, aprovecha un
hueco entre eso del espacio/tiempo, una mentira, un pretexto, no es lo mismo,
lleva en sus manos un recuerdo que fulgura, ¿ahora no?, lleva en sus manos un
sentimiento de níquel y leves traza de cadmio, la efedrina le mantiene alerta,
no sabe a qué aparición nocturna, un santo barbado y mártir, un ángel alado y
florido o ese Belcebú que a veces le acompaña, fauna de mentiras que un día le
contaron y que él ha convertido en imágenes fluorescentes, siluetas etéreas
entre la hierba y la gramática…
Atentos
a lo que diga Parker, entre sus palabras hay agujeros por donde se cuelan el
estupor y el bostezo, yonquis de lo suyo, deshonestos deseos de ayuntamientos
imposibles y la puerta se cierra hasta ya veremos cuando. Atención, atención, silencio escuchad y si es que ha nacido vámonos ya.
Otro año.
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