Ottolenghi, entre otros.
“Las palabras sagradas no están ahí para ser comprendidas, sino obedecidas. La profundidad tiene buena prensa gratuitamente, pero no hay nada absolutamente unívoco, eso sería la suma tiranía. Las palabras tienen que ser profanas. Deben tener un agujero”. (Rafael Sánchez Ferlosio)
Que para esto de la sindéresis
lo mejor es leer a Esperanza Ruiz y no empantanarse en revoluciones que están
tan lejos que hemos (¿he?) perdido la perspectiva. Tomando de ella nombres al azar (o no tanto)
encontrarnos, de momento, con Muray
(Philippe), Brasillach (Robert), Faye (Guillaume) y sospechar, mucho. Pero
también levantar un extremo (oh, que apropiado) de la
servilleta donde se encuentran nombres como Adriano Erriguel o indagar a José
Ramón Ayllón que publicará en breve en E (diciones) Monóculo que, oye, viendo
quién más está en espera se hace uno la idea del lado tenebroso de la calle, hágase la luz. Como abrir una ventana al
diablo y esperar que te muerda el cuello. De vampiros recomiendo “Lo que
hacemos en las sombras”, serie, TV, déjese morder, ría. También recomiendo “Simple” de Yotam Ottolenghi, cocina, pero
esa es ya otra historia en este batiburrillo que nadie lee y a mí que me
cuenta. No haber venido.
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