Vuelve
Cuando
te quería, me quería y el corazón, el alma, no sé, algo aquí dentro brillaba
como el traje de neopreno del submarinista que parece vivir bajo el agua en
esta playa de Langosteira que paseo y voy y vengo y te añoro y a ratos soy
feliz y la incertidumbre de tu regreso, algo así como estar desterrada y
es una prueba - nos dijimos- y van para dos meses y no me llamas y creo que las
gaviotas se ríen a mis espaldas y la panadera, el pescadero, el carnicero, la del
bar donde ceno, qué ¿no viene? y cuándo nadie me
ve lloro y escribo tu nombre en las paredes como una niña asustada y te aviso
que se han secado los geranios del balcón, que yo misma me estoy secando como
un pulpo despanzurrado en el puerto de marinos erguidos en la proa de barcos
azules y no son ciertos los rumores que lleva el viento, no es verdad el
olvido, ni lo de ese Arturo que ni siquiera conozco, tu hermana es una
correveidile y las vecinas y tanto tiempo sola me hace hablar con las paredes y
los gatos, con Lagun al que paseo por las tardes y que aúlla cuando pronuncio
tu nombre, son listos los perros, más que yo que sigo atada a tu promesa aunque
estoy a punto de romperme, de pena, de soledad. Ah, no he dejado de beber pero
casi. Vuelve, por favor.
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