Parker en la niebla
Antes del convento frío, de la
madre superiora y los maitines, Parker tuvo un amor, varios, no sabía que amar
es exclusivo, que se ama en una dirección, en línea recta, como un avión guiado por control remoto
nadando entre cúmulos antes de entrar en la barrena del no, estrellarse, pasar meses en el hastío de
una cama hueca recomponiendo los huesos
del alma y el deseo, las ganas de vivir, el consuelo en otro cuerpo, la mirada
que nivela, los capítulos de una mitología inventada, las olas que se llevaron
la arena de la playa, sentirse entero, plantarse frente a la puerta sin
cerradura. Salir.
(Casualidad, ayer había niebla. A saber dónde andará este
Parker)
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