Rumor.
Me lo decía, eres tímido y linfático, mientras
con las uñas le rozaba los omóplatos.
Con clarividencia de arúspice supe ver el final
de la escalera, supe que había traspasado la línea roja incluso antes de sentirla
en los tobillos, cuando estaba, oh iluso, a este lado (o a ese, desde la
operación no veo con claridad).
Como en un juego de niños busco la puerta, ya no
sé si para volver a entrar o para salir, desubicado, desequilibrado (nunca me
ha gustado el circo)
Me lo decía, no hagas caso del Rumor, mientras
me perdía en ella y así sea.
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