lunes, 8 de mayo de 2017

Dobet Gnahore

Aún no había llegado el tiempo de la ira y Dobet Gnahore cantaba en un idioma que no entendía pero que sentía como una caricia enérgica, como si esa lengua respirara en mi pecho, simulé una caligrafía y una algarabía hasta que la silueta de una mujer se elevó a la categoría del tú y yo y después todo fueron bosques y viento de argucias, polifonía de jadeos en la habitación del fondo, allí donde se desplegaban la niebla y la ceguera, el fuego y el telar donde nos tejimos en una historia de gacelas y leones emboscados en el cañaveral del deseo, acorralados en el imperioso afán de mezclarnos, unirnos, tan uno, fusión de relámpago y ruidos que acallábamos, que nadie supiera, ni nosotros, escribiendo páginas fascinadas, suelo sin dosel, lamiendo el reflejo de lo que ya no nos pertenecía, éramos el otro, desgranados en sudor y dedos, pleitesía a las posturas, despiadados, encontrándonos en un confín insospechado, manchados de murmullos, de sinrazones, pedagogía en las caderas, cadencia de muslos, así, imperio acotado, jazmines y el aliento como flores cenicientas en la espalda tensa, de azafrán, los labios adolescentes y el temblor de caballistas azorados, dulzainas y tamboriles, filigranas, el azor del sexo y las palomas, todo era así y Dobet Gnahore cantaba a los albérchigos, quizás, a la pérgola incendiada, a la tribu en la cueva, a la piel iluminada, luego calló, nos fuimos y amaneció la nada.     




Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

7.050 entradas