País.
En
(el) principio, en este país (blog) escribo lo que imagino que escribo.
El
país (blog) es rico en frutos del campo literario y en ganado ovino, también en
oro y plata, la harina es roja, pero se vuelve blanca triturándola. Dos tercios
del año vivimos de bellotas, que se secan, machacan, muelen y los albinos
convierten en pan con el fin de tener provisiones para los largos inviernos.
Usamos manteca en lugar de aceite. Para leer nos sentamos en un banco adosado a
la pared, según edad y rango; el escrito da la vuelta (hay quién lo lee cabeza
abajo). Nos gustan los desafíos, tanto gimnásticos como en armas, a caballo,
hablamos en diferentes lenguas (algunas inentendibles, con soles, pájaros y
flores de lis). Nos ejercitamos en el pugilato, en el tiro, en la lucha en
bandos, en esconder el significado de lo que decimos. Aquí estamos, a ojo, más
de cincuenta tribus, de clanes lectores/escritores. La mayoría preferimos el
oro al cultivo de la tierra, sin embargo no hay guerras. Los condenados al
olvido son despeñados de lo alto de las rocas de la indiferencia, al metepatas
lo apedrean delante de la frontera del país y esta noche no sé quién me ha
clavado esta espada en la espalda.
Al
son de la flauta o el cuerno, vendado, amortajado, embriagado, bailo una danza
en círculo conmigo mismo, salto, me arrodillo y voy a pasear por las riberas,
¿me puedes dar agua? tengo sed. (saca antes la espada, please).
Buen
día.
0 comments :
Publicar un comentario