Regresaban de la batalla
Regresaban de la batalla engalanados con hojas de encina en la cabeza.
Nos mintieron.
Hasta varios días después no supimos que ni siquiera habían llegado al frente.
Fue cuando desde los aviones ametrallaron a los vecinos que celebraban la victoria en el prado al lado del río.
En esa orilla quedaron los muertos, en esta los recuerdos.
Acurrucados en el bosque esperábamos una señal, una bandera, nos acompañaba el canto de los pájaros y el miedo.
Escuchamos voces en un idioma desconocido para nosotros, estruendo de vehículos pesados perdiéndose en la colina, tiros.
Cuando el polvo del camino se posó sobre las hojas del castaño llegó la noche.
Volvimos a nuestro pueblo, allí solo quedaba humo y destrucción.
Entonces llegó el hambre, lo escribí en la corteza de un olmo, con la fecha debajo, quizás alguien pueda leerlo, algún día.
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