De un anónimo, lo juro.
Diccionario español-inglés inglés-español, o es al revés, no sé, pero es lo de menos. Podría levantarme y mirarlo, pero tengo las fuerzas justitas para darle a la tecla, y además quiero que se quede ahí, donde está, desgajado, roto en mil pedazos, la A por un lao, y la B, que debería estar seguida, ¡qué va ni qué va!, allá, al otro extremo, sin coherencia, sin coordinación, pues, ¿y la Z? Ya ni sé, debajo del sofá, lo mismo, o no está, estaba pero ya no está. Y las tapas duras, ¿duras?, ¡me río yo ahora mismo de durezas, y de fortalezas! Hechas añicos, ¡tanta dureza ni tanta dureza!
Otras veces, pasao el jamacuco gordo, me aprestaba a limpiar el destrozo, avergonzaíta perdía, que cómo has podío hacerlo, y tal, en fin, ¿qué os voy a contar? Pero esta vez no, es raro, porque ahora, más serena, pasao el yuyu, más o menos, ni siento vergüenza, ni culpa, ni me arrepiento...a ver, a lo mejor dentro de una hora, mañana fijo, lo prometo, decía que me arrepentiré, es más, lloraré al ver cómo he destrozado mi diccionario español-inglés inglés-español o al revés, pero de momento no, y ya ha pasao un rato, o dos ratos, los dos que he tenido que hacer de tripas corazón y salir a la calle, porque tenía que hacerlo, pá no morir de inanición y pa no morirme, todavía, de más ansiedad, y es que es lo que tiene estar sola, pero sola, sola, no mariconadas de esas de que "me siento sola", no, lo mío es tal cual.
Pues bien, decía, que no, que esta vez no, extrañamente, porque lo miro, ahí, hecho un guiñapo, y no necesito darle más güertitas a la cabeza, porque miro el diccionario inglés-español o...y yastá, déjate de palabrerío, ésa eres tú, rota, tirada, con esa dureza que mantuvo en tan buen estado, o eso parecía, durante tantos años, al diccionario y a mí, pero, ¡quiá!, s´acabó, la dureza la acabo de utilizar para lanzar con toda mi alma el puto diccionario contra el suelo, y como todavía no estaba contenta, pues una segunda vez. Así, con un par.
Y ahí está el pobre, como yo: destrozaíto por una mala bestia.
Otras veces, pasao el jamacuco gordo, me aprestaba a limpiar el destrozo, avergonzaíta perdía, que cómo has podío hacerlo, y tal, en fin, ¿qué os voy a contar? Pero esta vez no, es raro, porque ahora, más serena, pasao el yuyu, más o menos, ni siento vergüenza, ni culpa, ni me arrepiento...a ver, a lo mejor dentro de una hora, mañana fijo, lo prometo, decía que me arrepentiré, es más, lloraré al ver cómo he destrozado mi diccionario español-inglés inglés-español o al revés, pero de momento no, y ya ha pasao un rato, o dos ratos, los dos que he tenido que hacer de tripas corazón y salir a la calle, porque tenía que hacerlo, pá no morir de inanición y pa no morirme, todavía, de más ansiedad, y es que es lo que tiene estar sola, pero sola, sola, no mariconadas de esas de que "me siento sola", no, lo mío es tal cual.
Pues bien, decía, que no, que esta vez no, extrañamente, porque lo miro, ahí, hecho un guiñapo, y no necesito darle más güertitas a la cabeza, porque miro el diccionario inglés-español o...y yastá, déjate de palabrerío, ésa eres tú, rota, tirada, con esa dureza que mantuvo en tan buen estado, o eso parecía, durante tantos años, al diccionario y a mí, pero, ¡quiá!, s´acabó, la dureza la acabo de utilizar para lanzar con toda mi alma el puto diccionario contra el suelo, y como todavía no estaba contenta, pues una segunda vez. Así, con un par.
Y ahí está el pobre, como yo: destrozaíto por una mala bestia.
0 comments :
Publicar un comentario