Incomunicación
Comunicación. Sentimientos que van y vienen. Opiniones. Implicación en un proceso emocional. Intercambio de sensaciones, puntos de vista. Integración en lo creativo. Lo vivido con lo imaginado. Lo imaginado por lo no vivido. Y sin embargo JL, iniciales para ocultar rostros, voces, tensión al final de una línea de cien kilómetros -por lo menos-, lo que era, confidencias mirando al mar, la vida en bicicleta, en avión, dejándonos al borde de lo imposible, capacidad de soñar, los sueños no se pueden tocar, se toca lo que se tiene al lado, al lado está lo que estaba, frontera, no ir más allá, color azul, color rojo, no pasar, seguridad en este costado, un puente, no dinamitarlo, ni una simple barrera, no mover ni una piedra, uniformes, banderas, himnos, ardor en la lucha diaria, bostezos desde la mañana, obligaciones -qué demonios estoy escribiendo-, si un día dejamos aquí nuestra fotografía se acabaron las visitas – me lo imaginaba más alto, más rubio, más joven, más viejo, con la nariz más larga, más gordo, más delgado, no me lo imaginaba así- escribir tiene esto, nada es como te lo imaginas -me gustó más la novela-, lo de fuera, eso, lo que tocamos, sigue ahí, implacable, es lo que es, el resto son fantasías, una pérdida de tiempo, un absurdo quehacer que no lleva a ningún sitio, que marea, que distrae, que pone el foco allí donde no hay sino vacío, nada, cero -rebátelo, dime otra cosa- intento dejar aquí distintos puntos de vista, como ella, como yo, como un niño, como un anciano, cambiar el tiempo del verbo, que ahora sea como era, que los recuerdos sean como ahora, que lo que no pasó pase, que no pase nada excepto esta sucesión de palabras huecas, engañosas por el respaldo de fotografías, dibujos, música, estética -no os creáis nada-, todo es una trabajada urdimbre, calculada, al milímetro, no hay alma, ahora, hay matemáticas, hay números, provocación, también dedicación -eso se supone-, nada más, sorpresa -¿sabes? los escribía una máquina. Ya me parecía...- lo diferente, lo ajeno, yomimeconmigo, a mi que me importa, esta es mi parcela, nombres que se van quedando, tengo un estudio, sé quién seguirá, cuanto tiempo, por qué se van, cuando, los comentarios, el eco, la frecuencia, sin sorpresas, -puedes hacerlo mejor, comparado contigo mismo- pues claro, ya lo sé, mejor ¿que qué? ¿qué quién? ¿hasta cuando? record, ¿y el retorno? -tú a mi ¿qué me das?- primitivismo, te cambio un pato por un jarrón, una sonrisa por un aspaviento, ya, no sé si está claro, ¿no?, repetimos. Esto es un blog. Un intento. Un experimento social. Un sustitutivo. Un tronco flotando entre las olas después de un naufragio. Ahora tú ahí y yo aquí. Giramos el tablero. Tú blancas y yo negras. No hay jaque mate. El caballo se mueve en L. Este es mi post del jueves que colgaré el miércoles. Se admiten apuestas. Siete rojo. Hagan juego. No va más. Gira la bola. ¿El premio?... (la banca siempre gana)
Mira, se lee, le ha salido así. ¿Qué habrá querido decir?. Quizás estaba aburrido de tanto sentimentalismo, de tantas historias repetidas, de desamor, de nostalgias, de fracasos, de ocultar el sentido del humor, de la capacidad de amor, de lo real. Es un compromiso ese del post diario. En eso está. Otro día más.
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