jueves, 1 de noviembre de 2007

Último lunes de Gernika.

Aguzamos el oído para escuchar tras las ventanas
los pasos que se acercan y que muy pocas veces
se detienen en la cancela. Generalmente siguen,
se diluyen lentamente, dejándonos esa tristeza
que flota en las estaciones los domingos por la tarde.
Cuanto más se alejan —digámoslo sin dramatismo—
más nos vamos llenando de palabras. ..

(
Guillermo Pilía)

Antes de ayer fue el último lunes de Gernika, pensaba que escribir(le) era una manera de acercar(le) mi(s) sentimiento(s). A eso me dediqué mientras la luna decidía los ritmos de la pleamar que plancha las playas. El espejo detrás de la cortina, mi corazón en la nevera –aterido-, mi cabeza de viaje –Roma, Madrid, París, Ponferrada y Londres, por este orden- alrededor caían meteoritos y no tenía paraguas. Quise cortar los hilos dorados y tampoco tenía tijeras. Me vestí de maldito, me hice un adicto a los naufragios, un chico hard, un hombre encerrado en una caja de cartón, un bicho disfrazado de negro que hociqueaba en el charco de su propia ansiedad. Intenté un suicidio –simbólico- como Nerval, con un cordón blanco parecido a la liga de la reina de Saba, lo deseché al no encontrar ninguna mercería de guardia, no tenía cordones.
Sigo escribiendo post llenos de ruidos discordantes, no tengo ni idea de donde me salen las palabras. Hay hasta quién cree que es mi vida. Me quedan medio...medio, pero los cuelgo aquí, expuestos a la benevolencia de los que cambian lecturas bajo los arcos de la plaza Mayor, sobre todo cuando hace frío, domingos no. Lo habitual.
De vez en cuanto reviso el blog, hago copias de seguridad, releo cosas. Y ahí surge el azar. No hay vuelta atrás. A partir de ahora cambiará mi tono, mi voz, mis canciones, el acompañamiento (piano, batería y contrabajo). En febrero me encuentro con Desamor y ahí está, hacia la mitad. Me he sorprendido.
Último lunes de Gernika, fina lluvia de otoño, clientes remojados, mercado parado, lo de la consulta popular, carreteras brillantes, lío de tráfico, voy de acá para allá, confusión de emociones. Pero estoy feliz, empiezo otra vez. Ya.


Sí veo y
te veo. Invento y veo.
Y qué.

( Isla Correyero )


14 comments :

Nikté dijo...

Y yo que he entrado en esta mañana aquí porque recordaba que tenías música que se puede escuchar mientras se te lee y que yo quiero hacer lo mismo y que me explicaras como lo has hecho.
Y veo...madre!! cómo escribes, prácticamente todos los días y tengo que leerte con tranquilidad.
Y lo haré porque eres una delicia, con esas palabras que dibujas.
Vuelvo dentero de un rato que esta mañana la tenía dedicada a transpalntar macetas y eso, que las tengo mu abandonitas.
Pero vuelvo
De eso puedo estar seguro.
Un besote
Hasta lueguito

Ogigia dijo...

me gusta tu texto, mucho

Pedro M. Martínez dijo...

Nikté, cómo he hecho ¿qué?
La música, es sencillo, instalas el Project music y te ocupas de mantenerlo con buena música que encuentras por ahí. Es interesante cambiarla a menudo para que quién escuche esté feliz.
Escribir todos los días también es sencillo. Bueno, publicar todos los días. Un día inspirado escribes mucho y otros no. Fácil ¿no?
Besos.
Y gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias, Ogigia, muchas.

Nikté dijo...

De nuevo estoy aqui, como te dije.
Acabo de leerte y veo que tienes decidido cambiar de tono y de muchas otras cosas, si eso te hace feliz, bienvenido sea. Pero he de decirte algo y es que me gusta ese tono tan criptico con el que has escrito, que seas tu o tu otro yo o tu subsconciente o quien sabe que eso es lo de menos.
Una frase brilla sobre las demás y el resto baila a su alrededor.

Continuo

Y no, no me has ayudado en nada porque no me dijiste cómo pero eso es lo de menos.
Ya averiguaré, tampoco era tan esencial.

Pedro M. Martínez dijo...

Nikté cumples tus promesas, yo también cumpliré las mías, cambiaré de tono y de cara, dejaré piedrecitas en el camino por si alguien me quiere seguir, también por si no recuerdo el camino de vuelta, me sacaré fotos (antes) por si mi nueva faz no me satisface.
Y te ayudo en lo que quieras. Tienes mi dirección de correo y ahí te explico todo paso por paso (direcciones, etc). Lo de escribir me costará un poco más pero puedo intentarlo.
Gracias por tu interés

Anónimo dijo...

Escribir una última carta, para iniciarla sería necesario no saber que es la última, olvidarse un momento de los plazos fatales, de la inconmensurable finitud humana, del atardecer que se empeña en irse entre suspiros.
Olvidado esto, se toman todas las yemas de los dedos y se concentra en ellas al universo entero, hasta que veamos brotar de entre las huellas dactilares galaxias, soles y misterios.
Luego, el problema es hacer que tanto universo que detenga en una página y se quiera quedar a habitar en ella, sin remilgos, en blanco y negro, dejando los destellos sólo para los ojos que sepan desentrañar su silencio.
Un día, el azar nos mostrará el camino de regreso, no importa cuánto nos alejemos de nuestros textos, a vuelta de esquina, en el rincón de un barrio viejo, estarán mirando de soslayo nuestro encuentro, entre una página de diario matutino y un café que se niega a durar más tiempo, nos encontraremos con esa línea que nos resolvió el párrafo segundo de alguna última carta que hace tiempo se perdió de nuestro recuerdo.

SEI

Cromatica dijo...

LLevo dias leyendote desde tu visita a mi blog, eres de los que una no quiere perderse tus post.

Excelente seleccion de musica y por aqui andare.

un abrazo y las gracias por tu visita y tu huella.

ybris dijo...

No hay altar en el mundo bloguero que levante los méritos de tu constancia como sería justo.
Y es que lo tuyo es desbordar palabras.
Palabras como sartas de belleza.
Que a veces se usan para disfrutar pero siempre quedan como instrumento poderoso para poder decir lo que sea cuando haga falta .

Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Magnífico tu comentario, Inmarcesible, una reflexión llena de sentido común y, sin embargo, poesía. En tu línea culta y emocionante, das brillo a esta modesta esquina y te lo agradezco.
A veces me pierdo entre lo que escribo, cuando lo he escrito (es decir, las emociones de entonces), lo que me comentan, cuando me comentan y sobre qué me comentan (su apreciación, su punto de vista), pero eso, precisamente, da otro matiz al blog, lo enriquece, lo colorea.
Por cierto, el camino de regreso…pues no, he decidido que no, de momento sigo para adelante (o para cualquier otra dirección), no regreso.
Mis saludos de viernes entre fiestas.

Pedro M. Martínez dijo...

Cromatica, uno tienes sus manías, cuando me comentaban la selección de fotografías me llevaban los demonios, cuando ahora alaban la selección musical me gusta ¿será que he cambiado?, ¿será esto domesticarse?, ¿qué será, será? En tu caso es mi agradecimiento y volveré con mi huella (espero no pisar nada valioso)
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, no creas, lo hay, dada la falta de iniciativa popular me he levantado mi propio altar, como un torero cualquiera, allí dejo mis flores y jaculatorias, mi autobombo y mis requiebros, allí me animo, me enaltezco, me ensalzo, me crezco.
Hasta que me miro al espejo y ya veremos, que no, que esto es lo que es y no hay más cera que la que arde y son meses esperando el incienso y los crisantemos y ná, no hay manera.
Pero –lo sabes- tus amables comentarios elevan en mi un obelisco de placer, un monumento a tu constancia, sin fisuras, a tu amabilidad y sabiduría.
En esta mañana fría de puente (para algunos) te envío mi abrazo agradecido.

Anónimo dijo...

Jejeje, te escondes y te veo los ojillos por entre unas tablas...que seguro que estas tras un carrito de verduras. Así que sobre tu cabeza existe un arcoiris de sabores y colores...mmm...que bonito todo junto.

Y empiezas de nuevo, los renaceres son curiosos, duros, ese intento de despegarse de los vicios viejos (para acoger a los nuevos), y esos primeros pasos que son eternos...o no, que hay quien se coloca los patines, se enfunda las gafas de sol y se pone en posición de caganer para bajar a toda leche.

Tengo el día desvario, madre mía, es culpa de...de...mierda, no tengo a quien culpar.

Es que si te digo que me gusta lo que escribes me repito, jos...

Nada, que te apoyo en tu resurgir o en tu zenit, así como un fénix, que bonito. Es que soy tan cíclica yo...

Un besito loquisimo de viernes, creo que voy a tener que abandonar la medicación...pero al no tomar, entonces tendré que engancharme a algo...ibuprofenos es lo único que tomo, lo siento, ¿te vale?

Pedro M. Martínez dijo...

Va una de ibuprofeno Maduixeta (¿para qué sirve?) y no creo que distingas el arco iris ese, lo tapará la boina, que es una prenda muy útil para que no se vea lo que hay y sobre todo lo que no hay, que miras y solo ves algo negro y así puedes dedicarte a los vicios –a los viejos y a los nuevos- que apenas tengo pero alguno sí, que si no sería muy aburrido, todo el día subiendo y bajando la cuesta con la cesta de la compra, mira, que ayer compré un libro de Argullol y otro de Valente aunque ya lo tenía, para regalar, que regalas un libro y parece que regalas el mundo, u otro, mundo, aunque dar un libro es –per me- como dar un hijo, el que lo tenga –hijo o libro- que lo lees y te quedas dentro, encantado, como un príncipe, qué prolífica es la realeza, que no hacen más que niños, de esos que comen, y cómo comen, bueno, pues a esos, también les pagas tú, con tu trabajo o con tu no trabajo, que el que pilla, pilla, por ejemplo he pillado un viaje, me voy echando leches, pero antes te beso los dedos.

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