Una faccia qualsiasi.
FESTIVIDAD DEL DULCÍSIMO NOMBRE.
No tuve otro maestro.
Sus páginas inmersas en tan terrible amor
acuciaban mi sed. Se abrían, dulcemente,
insólitos caminos en mi sangre
-obediente hasta entonces- extraviándola,
perturbando la blancura espectral
de mis sienes de niña cuando de los versículos,
las más bellas palabras, asentándose iban
en mi inocente lengua.
Mis primeras caricias fueron verbos,
mi amor sólo nombrarte
y el dolor una piedra preciosa
en el tierno clavel de tu costado herido.
Flotaba mi mirada en el menstruo continuo
del incensario ardiente y mis pulsos,
repitiendo incesantes arrobada noticia,
hasta el vitral translúcido, se elevaban.
La luz estremecíase con tu nombre,
como un corazón era saltando entre los nardos
y el misal fatigado de mis manos cayendo,
estampas vegetales desprendía
cual nacaradas fundas de lunarias.
Párvulas lentejuelas entre el tul,
refulgiendo, desde el comulgatorio
señalaban mi alivio.
Y anulada, enamorada yo
entreabría mi boca, mientras mi cuerpo todo
Tu cuerpo recibía
(Ana Rosetti)
Ya, cierto, esto es el Regreso, déjame celebrar contigo que estamos vivos.
No hay mañana, pero hoy, hoy, bajo una llamarada de estorninos escribo para no pensar, para no saber, para contradecirme, para concretar aquello que desborda mi capacidad, para buscar como en un juego los elementos que componen el todo, analizando lo que está al otro lado, lo que queda al descubierto tras la bajamar, esas piedras oscuras que apenas tienen tiempo de secarse, los pequeños peces de la duda sobreviviendo en el agua estancada en los agujeros de las rocas, negros mastines que ladran cuando paso frente al número siete, ángeles a caballo, gatos dormidos en las esquinas de este noviembre, mes de transición, sin luz, diciembre al acecho, vociferando, esparciendo quejidos y rumores por el largo año que viene, ahí, vestido de quién sabe y preguntas, aumenta el índice de separaciones matrimoniales, las clínicas mentales están llenas y han cerrado las playas por los delfines muertos, aún tengo el polvo del camino en las botas sobre la repisa del recuerdo, escojo la corbata para el martes, detrás de los cipreses de las próximas vacaciones navideñas escribo para ti ¿sabes?
El hombre quiere hablar, por muy imperfecto que sea, de aquello que en él es algo más que humano. (Ernst Jünger)
19 comments :
Francamente, me parece bellísimo el texto.
Un saludo
a-escena,francamente, muchas gracias.
Un saludo mientras agito un pañuelo con la mano derecha.
Ya he llegado, aunque creo que no era la finalidad, me siento cubierta contigo, con tus cosas, con tus letras, tus enojos y risas, que cosas más curiosas del mundo alejado de la física, no de la cuántica (es allí donde hay militares estadounidenses), de la física de tocar, yo te toco, tú me tocas, pero no nos tocamos, milagros de la cienca. Añoro la formulación química, estudiar genética en el instituto, en el laboratorio que favorecia mis mejores fantasias sexuales con el profesor de camiseta de lobos, que tiempos aquellos, repetí tres veces pero no por el profesor, es que soy girasol y la nocturnidad y alevosía no me sienta bien.
Dices que los perros te ladran, embadurnate en lavanda, puede que te insulten igual, pero olerás tan bien, los ángeles a caballo los conozco, si no los mismos otros de su calaña, los de gafitas y férulas en las piernas (pie equino), los de brazos espásticos y cuerpos que se deshacen, los de angelman (de ahí el nombre, claro), y las Audrey Hepburn que solo pueden llorar o reír, haciendo que el mundo sea gris o multicolor...mis ángeles...¿que habrá sido de ellos?
No sabía qué escribirte y mira,
aquí te dejo pedacitos de fruta...
Un lametón de fresa.
Termina un verso de Gelman "para que me quieras" es así.
Ella es la verborrea y yo lo concreto y tu el que se escapa, y si, tres caben en la misma cama.
Juguemos a luchas de almohadas
Que he estao pensando una cosa, porque yo pienso y es que me pones mu triste, buahhhh
Me recuerdas a Herman Hesse y mira que me lo bebí entero.
Es mi transfondo del ropero, lobillo, lobilloooooo
Pero me pones triste, capullito de Alelí, con amor, eso si.
Muacks
(silencio)
no sé que más decirte
(miro en silencio)
muy bello
Qué te digo Maduixeta, a veces leo mal.
Lo de “cubierta”.
Cosa de los ojos.
El resto bien –gracias-.
Qu`eres un lujo, ya ves.
Que dejo, tal cual, unas cosillas, menudencias que escribo, tonterías, y me regalas ingenio, sentido del humor, dos mentirijillas y la verdad de estar ahí, tal como eres, desprendida, generosa, con tiempo (también), con ganas de deleitarnos con recuerdos inventados, modificados, según fueron, a quién le importa ya la realidad si esto es lo que hay y es jueves, mañana viernes, qué bien, fin de semana. Los caballos esperan. Yo tengo un burro. Y un espejo.
Y las frutas, muy ricas, nutritivas.
Va este beso.
Nikté, vamos a poner orden a esto.
Uno.
Me citas a Gelman y me dices que te pongo triste.
Gelman es de los poetas más tristes que conozco; Herman Hesse era de cortarse las venas; yo, que ni siquiera soy poeta, ni argentino, ni ná, que de vez en cuando hago chistes, te pongo triste. Va a ser tu mirada.
Dos.
Dices: ella, tú y o en la misma cama. ¿Y se te ocurre jugar a luchas de almohadas?. Pues vaya (no sabes que algunos hombres somos monotemáticos. Y he dicho algunos).
Tres.
Además llevo media hora haciéndote cosquillas en la axila derecha y ni te inmutas ¿esa es la de palo?
Cuatro.
Voy a hacer una cosa, te envío mi foto, así cuando leas mi página me miras y dices “no puede ser” y te partes de risa.
Va un beso, resalada.
Mirada
(silencio)
te lo diría todo
(te miro en silencio)
muy bella
Tú
Vaya foto de cabecera... ;-)
Ana Rosetti, cómo no. Inmensa, enorme.
Me gustó tu blog, qué bueno conocerlo.
Soy yo Mirada, cuando era pequeño, en Budapest.
Fueron tiempos duros.
Apenas crecí.
Ya ves.
Guapa.
Vale Arcángel Mirón, pero a quién le quieres más a Rosetti o a mi.
Gracias por tu comentario.
Y gracias por recordarme a Angélica.
Huele a algas, se pudren las tardes por falta de luz... diciembre será peor, pero por suerte morirá el día 31.
un abrazo
Yo no sé qué hacer contigo (conmigo) cuando te leo, que me gustan hasta los comentarios y los comentarios de los comentarios.
Un abrazo, Pedro
Un burro y un espejo, grande cosas se pueden hacer...
Leer, escribir, leer, escribir, leer, escribir, leer, escribir...
Y en medio sonrisas, lagrimones, pensamientos libres (¿libres?), música, sabores olvidados, olores reinventados... por eso te escribo, y te leo, y te escribo, y te leo...que siempre presumí de tener un egoísmo muy mío, de aquí dentro del interior intrinseco.
Tus tierras las tengo pendientes, con kandinskys, setas, gentes, idiomas, verde que te quiero verde, alguna que otra raíz, chillidas, mar...
En realidad siempre cuento más que invento, o miento más que escribo, pero en todo lo que lees estoy yo, es mi realidad, que aunque no le faltan sobresaltos, alegrias y buenos momentos...a nadie le amarga un botón verde.
Un beso desvergonzado, que no engaño a nadie...o si? jejeje...
Lo soportaremos De cenizas.
Aunque mi (firme) propósito es disfrutarlo.
un abrazo
Puedo sugerirte hasta tres actividades.
Un abrazo, tomatita
Cierto Maduixeta, es cuestión de ingenio, un burro da mucho juego. Y un espejo no te digo.
(Recuerdo aquella historia de los espejos que al reflejarse en ellos el sol, quemaron las velas de las naves enemigas)
Lo del medio me lo salto. Auppp.
Lo de mis tierras, no son mías, las tengo alquiladas, puedo pasear de aquí para allí con permiso de los señoritos (que son muy suyos para lo de sus tierras). Pero ve, algo haremos.
Y lo de que cuentas, inventas, qué sé yo ¿disfrutas? Pues eso, se trata de eso.
Un beso.
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