Erfahrung es fahrt. La experiencia es viaje. Que dice Quignard que dice Staiger. Y añade. Begreifen was uns ergreiff. Atrapar lo que nos atrapa.
Me atrapa esta nueva experiencia de final de viaje, del viaje. He querido emprender otros, en vano, en el último fui demasiado lejos, los demás no soportan ya el más mínimo contraste. Ni siquiera llevo equipaje. Esta vez estoy sentado en el andén y por esta estación ya no pasan trenes. ¿De qué hablo? Hablo de emociones tan intensas que hieren, de amor, de vida, de lo fugaz, de la muerte.
Ayer alguien me dijo que teme la vejez, no me dijo cuándo estima que empieza la vejez. Conozco viejos jóvenes, conozco jóvenes viejos, conozco personas. Siamo diversi. Sentado en un restaurante chino en el Soho -budas orondos, dragones sonrientes- miro alrededor, personas diversas, diferentes razas, lenguas, culturas, todos comiendo, hablando, algarabía de bocas satisfechas, hambrientos turistas guardando rigurosa cola para cenar, fuera bailan jóvenes Hare Krishna, un mendigo saciado en un portal, soy de Israel, condenado, cámara de los horrores, atravesamos el periodo de paz más largo en la historia de Europa, hemos pasado de la subsistencia a la opulencia, de qué comemos a dónde comemos, ni siquiera sabes de qué hablo, tampoco yo lo sé, no he visto aviones bombardeando las ciudades, ni he revisado los bolsillos de los muertos, tampoco pasé bajo el arco de mármol, cerca del cadalso donde ajusticiaban en masa a no sé qué culpables de no sé qué crímenes, solo sé escribir incoherencias, sentimientos atropellados, nostalgias, ella, ella, repito como un loro en un columpio, ella con su andar de tortuga, ella con su mirada miope, yo con una sonrisa de antimonio dando vueltas al caldero de no decir nada excepto esta acumulación de disparates, debe ser el cambio de la hora, o el estrépito que ha empezado noviembre y nadie sabe como ha sido.
Remontar aquel río era como volver a los inicios de la creación cuando la vegetación estalló sobre la faz de la tierra y los árboles se convirtieron en reyes. Una corriente vacía, un gran silencio, una selva impenetrable. El aire era caliente, denso, pesado, embriagador. no había ninguna alegría en le resplandor del sol (...) uno llegaba a tener la sensación de estar embrujado, lejos de todas las cosas conocida...en alguna parte...lejos de todo...tal vez en otra existencia. "El corazón de las tinieblas" . Joseph Conrad.
10 comments :
cuándo se empieza a envejecer?.
Experiencias como viajes que nos atrapan.
Y qué difícil poner orden y sentido en ello.
Quizás sólo mirar y divagar. Y luego contemplar las palabras que nos han salido.
Al final es cuestión de espigar emociones, consideraciones o resignaciones.
Un abrazo
(Preciosa la foto de la gota entre los pétalos)
Loredana, desde el minuto uno.
Ybris, aquí se junta la experiencia del viaje con el viaje interior, la reflexión durante y los recuerdos mezclados. Eso, una amalgama de sensaciones que uno debe dejar escapar.
Y salen estas cosas que amablemente comentas cada día.
Muchas gracias.
Sí, la foto es hermosa.
Pufff, emociones intensas, sensaciones intensas....eso me ha pasado al leer esta entrada acompañada por Awakening.
Me he visto en el Soho, rodeada de chinos, indios, rabinos y musulmanes, oliendo al frito que hacen de pollo y ale por una de esas ventanas de venta de comida rápida.
Luego se subido, rio arriba, y me he sumergido en "La Misión", esa peli que me pone los pelos de punta.
Viejo es el que ha perdido toda ilusión. El que no sabe soñar.
Besos!
Äfrica
Si es asi Pedro, entonces me gustaría leer una reflexión tuya, esa la más profunda, sin censuras... ¿podría ser?.
Besos a montones (y a ti)... me ha encantado ;-P
Äfrica pocas cosas me ponen los pelos de punta (ya me gustaría).
Recuerdo un Soho menos concurrido que el actual. Y más peligroso. Pero eso es el problema de tener recuerdos, mienten.
Conozco a muchos viejos (incluso de edad).
Y agradezco esos besos entusiastas.
Van los míos (no menos)
Mirada, pues mira tú qué cosas, a mi me gustaría poder contártelas, en voz baja, en Ribadiso (con S), por ejemplo, o en una habitación con vistas al mar, o desde el mar con vistas a una habitación, o en lugar sin posibilidad de censura, o reflexionar mientras flexionamos el alma, mirándonos dentro, tocándonos fuera (y dentro), susurrando esa profundidad de emociones, levantando montañas de sensaciones, amontonado recuerdos para cuando solo queda soledad y leer y releer lo que no fue y puede ser, lo que entonces no y suspiros, un pueblo en fiestas pero hostil, buscar un lugar en paz, esos centímetros de tu cuello. Y tu voz.
Besos a ti, concentrados, efusivos, desbordantes, muchos, hasta que nos duelan los labios.
Ay.
"Y aquella inmovilidad de vida no se parecía de ninguna manera a la tranquilidad. Era la inmovilidad de una fuerza implacable que envolvía una intención inescrutable. Y lo miraba a uno con aire vengativo. Después llegué a acostumbrarme. Y al acostumbrarme, dejé de verla; no tenía tiempo"
¡Maravilloso Conrad..! Y vas y pones uno de mis fragmentos favoritos :)
Es cierto; hay estaciones muy solitarias, con las vías llenas de hierbajos y las traviesas podridas, pero también son bonitas, a su modo. Y capaces de provocar intensas emociones.
Es complicado comentarte porque calas hondo en estos posts.
Me ha parecido que hoy había 100 gramos de corazón aquí.
:)
Te dejo un poco del mío. Es bueno tener reservas :)
Un besazo, Glup.
No tengas duda Trenzas, exactamente 103 gramos de corazón, purísimos, sin cortar ni con bicarbonato. Escrito del cuore al papel, directo, sin intermediarios (por eso sale tan barato).
Y El corazón de las tinieblas es –me parece- una experiencia como lector.
Tu beso, no digamos.
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