Nostalgia gaditana
Sonreía detrás del abanico y Cádiz se llenaba de filigranas y pájaros de repostería cabeceando sobre las ortigas, de peces sonámbulos en los anzuelos como serpentinas adornando una fiesta que no era, con piñatas y un incendio en el pubis, una crisálida, una batalla con generales heridos, estremecidos, fascinados, con una sola idea, desnuda, algo así como lirios o gladiolos, lo íntimo, ese viaje, Cádiz, columnas con una sola frase, repetida, un ajuar de cuchillos, el recuerdo acristalado, un verano que ya respiraba, palpitaba en ruiseñores y chasquidos, ¿qué quiero decir?, este es un alfabeto concentrado, una caligrafía del intento, una obsesión gaditana.
4 comments :
Cadiz, para mi, siempre ha sido una geografía extraña, he estado varias veces y siempre he encontrado un lugar diferente.. entiendo tus palabras, o creo entenderlas, lo que viene a ser casi lo mismo.
Beauséant , he vivido en diferentes partes de la provincia de Cádiz mucho tiempo, por suerte tiempos felices, cambiantes, claro, a lo largo de los años. Siempre añoro Cádiz, siempre quiero volver. Estuve en junio y todo fue diferente a como lo había pensado, es lo que hay, la vida cambia en un segundo, de momento, sobrevivimos. La poesía ayuda. Menos que lo tangible. Yo qué sé. Gracias por seguir viniendo.
Es que Cádiz es mucho Cádiz ; )
…Y esto, además de todo lo que comentas, una maravilla del barroquismo verborrágico poético de los tuyos, como si tras el abanico esa sonrisa desatara la tercera y cuarta guerras mundiales juntas, explosionando todo en pura pirotecnia verbal ; ) Un beso!
Maria, en esta esquina del mundo es fácil encontrar la poesía, basta que entre la borracheira varios días seguidos y con tanta humedad y lluvia debes decidir entre cortarte las venas o escribir. Ya puestos, escribes. La pirotecnia viene de serie. En cambio este beso es especial para ti.
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