Un zapato (y su dueña)
Una vez estuve enamorado de un zapato. Y de su dueña. Tanto. Me lo comí, al que hacía su par y a la persona que estaba dentro de ellos. No me duele decirlo, no me arrepiento, no me avergüenzo, es más, lo proclamo, lo esparzo, lo grito frente a un acantilado de ojos incrédulos, haciendo equilibrios sobre el palo de mesana de este barco que va.
El amor arrolla, es misterioso y fértil, sin cálculo previo, desmedido, incontrolable, avasallador, es una motocicleta que te atropella cuando estás descuidado. Si no es así no es amor, es otra cosa, costumbre, rutina, pobre cariño, necesidad, interés, egoísmo, algo mercantil, un asco.
Me comí ese zapato, sí, claro. Debo decir que es el primer zapato que me comía. Luego me comí el otro. Un tiempo después me comí a la dueña. Sé que es extraño pero así fue. Quiero aclarar que ella había intentado comerme primero, con lo que fue un caso de defensa propia. Fue gula, lo sé, debí conformarme con morderla de a poco, como antes, como entonces, pero no, se abrió tan magnífica ante mí, onírico pavo real femenino, que me la comí, entera.
(Mañana sigo, estoy todavía en digestión)
8 comments :
Haz caso al mandamiento "No comerás", ni a la tuya ni a la del vecino.
Estarás como las serpientes, digiriendo un tiempito, pero seguro que estás de lujo.
Julio Alcalá Neches es que no soy mucho de mandamientos, no soporto bien eso de que me manden. Por ejemplo lo de “no cometerás actos impuros”, intento que mis actos sean puros, purísimos. O lo de “no desearás a la mujer de tu prójimo”, me parece machista y clasista. Y si la mujer de mi prójimo me desea a mí ¿qué?, se va a quedar la mujer con el capricho, pues no, que me desee todo lo que quiera y ya pondré yo algo de mi parte, aunque peque. Si hay que pecar, se peca y que salga el sol por Antequera (Málaga). Saludos.
Dorotea Hyde con todos mis respetos, mira que no soy yo de aconsejar ¿eh? pero si vienes mañana sabrás que me ocurrió después de comerme aquel zapato. No sabía de mi altocalcifilia hasta que conocí a aquella mujer, bueno a sus zapatos. Desde entonces, desde ella, mi retifismo no ha hecho sino aumentar. Y es que la carne es débil y estamos aquí cuatro días, la mayoría del tiempo descalzos. Yo qué sé, ven mañana y lo sabrás. Besos.
A ver lokatis jaja además de comerte zapatos con mujeres incluída, de escribir de maravilla como quien se come un bodadillo de mortadela y de tener una cabeza como una jaula de grillos jaja debes saber q yo cuelgo las entradas cada semana más o menos, a veces más, a veces menos, depende de la inspiración, el tiempo y que me dejen, así que no te preocupes, por ahora no pienso irme, ni enamorarme, ni comerme nada que no sea rico jajaja eres muy divertido, tienes un humor envidiable, espero q sigas así por siempre jamás, mil gracias y muuchos besos!
María ¿qué?, ¿cada semana?, eso no puede ser, hay que aumentar la producción, tus fans no pueden estar esperando asomados a tu ventana con los dedos sobre las teclas, nerviosos, anhelantes ¿qué contará ahora María? No les defraudes. En el fondo, lo confieso, es pura envidia, a mí no me comenta nadie y caigo en profundas crisis de identidad ¿quién soy?, ¿qué hago aquí?, ¿qué hago allí?, ¿dónde vamos?, me pregunto tantas cosas que a veces voy (para saber de una vez por todas dónde vamos). Un día fui y casi no vuelvo pero, amiga mía, uno tiene un compromiso consigo mismo, con su tozudez y es capaz de estar escribiendo con los dedos ateridos por el frío del norte o por el calor del sur (no sabes que paseos me he pegado por Camposoto, antigua playa militar, que estás tomando el sol y no sabes si te va a caer un obús o te va a cagar una gaviota o un chorlitejo patinegro, una especie protegida, en realidad he ido a protegerles y de paso me he protegido), (otra confidencia, entre tú y yo aprovechando la soledad de este rincón, prefiero Langosteira con su playa de aguas transparentes y gélidas, ya.) Me llaman las monjas (o monjes, no les distingo bien), a cenar y a la cama. Good night.
Lo de estar de lujo iba con cierta ironía, pero tu respuesta me ha dejado preocupada. Ahora mismo busco la continuación.
Dorotea Hyde ¿ves? has vuelto. Esto es como los “continuará” de los folletines antiguos. Saludos.
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