Parker reconoce su amor platónico (en presencia de su abogado)
Ellen Kooi
2. Parker guarda un amor platónico en el estuche del pecho, desde los cerros de su alma bajan vicuñas con floridos sentimientos en las alforjas. También hay un deseo táctil sobre su cama, no tiene nada que ver con la que comparte sábanas. Para qué le va a dar vueltas, el ahora es el ahora y esto es lo que hay. No sabe si va o si viene, los cuarenta años le han dejado en el umbral de una puerta que no sabe dónde conduce. Desde un extremo del pasillo mira a las esperanzas que saltan sobre la alfombra que fue tálamo, que fue refugio, que fue una fortaleza ante la que se estrelló el sentido común, las renuncias, los recuerdos momificados, lo efímero. En la cocina se marchitan las cebollas de las falsas esperanzas, nada perdura, nada, el espejo le devuelve una acidez creciente y una ilusión menguante. Los electricistas han guardado ya los destornilladores amarillos.
2 comments :
Habrá tantos Parker en la vida..
que triste
y que bien o mejor dicho
que maravillosamente bien expresado. Besossssssssssss de argentina extrañando a este escritor jajaja Y que no se nos olvide la risa!!!
eli mendez, cada uno tiene el Parker que le toca en la rifa, luego él hace lo que buenamente puede. Qué maravilla hablarnos y entendernos (lo de sentirnos es ya otro paso). Imagina que tú o yo fuésemos…no sé, esquimales o de arabia Saudí o pigmeos o que hablásemos por señas, sería un lío, yo qué sé. Pero ¡albricias! hablamos (y escribimos) en el mismo idioma y eso ya es un comienzo importante. Besos risueños.
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