Parker y las manzanas
Hubo un
tiempo, recuerda, en el que Parker daba vueltas al árbol de los días. Todo era
fácil, alegre, relucían las mañanas, corría por ellas como un Mercurio ciego. Se
comía la vida a bocados, como si fuese una manzana roja, olorosa, dulce. Luego
la manzana se endureció y hubo de quitarle la piel, cortarla en pequeños
pedazos, morderlos con cuidado, masticarlos repetidamente y soportar las malas
digestiones.
Un día cambiaron los papeles, Parker se volvió manzana, colgado de una rama,
expuesto a los vientos, al frío, a la lluvia, soportando los picos de los
pájaros.
Aun así la vida iba de otoño a primavera y todo era como debía ser, llovía de
arriba abajo, la nieve era negra y los tigres se comían a los fotógrafos
audaces.
Hoy se ha despertado en medio de nada, un mundo sin eco donde todo es blanco o
negro, no importa, todo no es, no hay manzanas.
3 comments :
Amo a ese Parker, ojalá deje de ser manzana
y a ti Pedro...te admiro EN MAYUSCULAS ...me encantaaaaa lo que escribes
Besosssss miles
eli mendez éramos pocos y parió la abuela (un dicho de aquí). En general solo me comentas tú (¡¡¡gracias!!!) y blogger lo manda al spam. No sé cómo me he dado cuenta. Lo mismo este muro está lleno de comentarios y un ser informático superior los envía a la papelera. Nunca seré una manzana. Gracias por tanto. Besos a montones
Ah, cambiaste la foto ¡Qué guapa!
Pedrooo aqui tenemos el mismo dicho jajjajajajaj
bloguer esta loco!!!
Gracias por lo de guapa..
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