Salut d'amour, Op. 12
La cuestión es o era o yo qué sé que (aquello) me estaba llevando demasiado tiempo (y que aprendía poco, en serio, no te lo tomes a mal). Me había dispersado y no es cosa de (el país está lleno de desagradecidos). “¿Quién coño te crees que eres/ como si no tuviésemos bastante con lo del Covid, lo de Kazajistán, lo de Garzón y la vuelta al cole de los niños? –me preguntó, ella. ”Te dejas el reproche de hoy- respondí (a veces me salen esas cosas). “Solo me querías por el sexo, para tu placer” –aseguró, ella. Manoteé sobre la barra del bar, balbuceando, “no es cierto, además siempre lo hicimos con dulzura” (¿qué iba a decir?). Fue la última vez que nos vimos. Emocionarse con “Queer Eye”. Reírse con “Ru Paul”. Llorar con “Surcos”. Saber que ni con cien vidas lograrías tener la belleza entre los dedos. Intentar el éntasis en el tramo de la columna de hoy para que tú (si hay algún tú ahí fuera) tengas una correcta visión del exterior (del interior ni te cuento). Dudar de la existencia de Catalina de Alejandría, eliminada en 1969 del calendario católico romano aunque en 2005 fue incluida de nuevo (los historiadores del año 300 no estaban muy finos, como los de ahora, para cuando te lo cuentan ya es mentira). Seguir 15 años más con este Glup 2.0. Amén.
En
la época clásica, la prosa y la poesía son magnitudes, su diferencia es
mensurable; no están ni más ni menos alejadas que dos cifras distintas,
contiguas como ellas, pero distintas por la diferencia misma de su cantidad. Si
llamo prosa a un discurso mínimo, vehículo más económico del pensamiento, y si
llamo a, b, c, a los atributos particulares del lenguaje, inútiles pero
decorativos, como el metro, la rima o el ritual de las imágenes, toda la
superficie de las palabras se encontrará en la doble ecuación de Monsieur
Jourdain:
Poesía
= Prosa +a+b+c
Prosa=
Poesía -a-b-c
El grado cero de la escritura
(Roland Barthes).
4 comments :
De grande beleza esta suite para violoncelo.
Mas por transmitir tanta tristeza, por certo que foi bem escolhida...
Saludos.
Muito obrigado. Hay una novela de serie negra, no recuerdo el título, en la que el protagonista se pasa la mañana cocinando para invitar a cenar a sus amigos. Ha intentado escoger los mejores productos del mercado y se esmera en la cocina, con su delantal, busca el mejor punto de cocción, prueba el punto de sal, la temperatura del horno, esas cosas de cocinero aficionado. Llegan los amigos, cenan y a los postres uno de ellos dice “oye, el vino está delicioso”. El aprendiz de cocinero que además es gánster (en sus ratos libres) coge un cuchillo de la mesa y apuñala al invitado, con saña, las paredes, el suelo se tiñe de sangre y el resto de invitados huye para no volver. Pues eso, Elgar, claro.
Poca éntasis necesita esta columna, solo la mano sabia a la orden del intelecto que la alimenta. Y muy bien por cierto! con... y sin música ¿quince años ya...? pues han pasado volando!
Un abrazo grande, Pedro.
Querida Cristal00k, a principios de febrero 15 años, sí, parecido al tango…
“Sentir/Que es un soplo la vida/ Que veinte años no es nada/Que febril la mirada/Errante en las sombras, te busca y te nombra/Vivir/Con el alma aferrada/A un dulce recuerdo que lloro otra vez”
.
Me había desperdigado bastante queriendo abarcar de forma absurda más de lo que quiero (y necesito). En este año me dedicaré a hacer aquello que me gusta, me divierte y sobre todo me enseña. En ello estoy, entusiasmado, como un hijo pródigo que vuelve (que cosas, nunca me he ido).
Creo que hablo solo, disculpa, se me va la olla.
No sé si son 15 años pero desde que nos conocimos sabes que te guardo un especial e intenso afecto y que a 600 Kms. (+ o -) te sigo y te aprecio mucho.
Un fuerte abrazo, agradecido, deseándote lo mejor.
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