Quejica
Aquí, antes, me comentaban los comentarios, la portada, el tamaño de las letras, el brillo de la plata, la música de otros, los ángeles que pasan sin quedarse. Ahora no pero sigo aquí, eo, ¿me ves? ese que hace señales desde el escenario, soy yo ¿se me escucha en las últimas filas? A esta película se le ha borrado la banda sonora, los pianos se han quedado mudos y solo queda hacer muecas, gestos, arrugar la nariz, subirme a un tren de madrugada y adivinar los puntos cardinales mirando las estrellas. Angustia de no ser y de haber sido, angustia de ya no y de tanto tiempo, angustia de enfrentarme cada día al qué dirán, dejando lo que soy en un cuenco bajo esa lluvia que dije, con una vela que apaga el viento, este de hoy que se lleva los balcones, las señoras asomadas a sus vidas, las chimeneas con el humo de mil fuegos, las tejas que defienden el pudor de tantos techos vacíos. Y así.
Extraño lugar sin sitio en los mapas, sin marcas amarillas en el suelo, sin señales que orienten y me he perdido, tanto hablar y no sé decir ahora: por favor ¿puede indicarme la salida?
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