Jane Hirshfield
LA POETA
Ahora está trabajando, en una habitación
no distinta de esta
en la que yo escribo o tú lees.
Su mesa está cubierta de papel.
Una pantalla podría atenuar
la luz de la lámpara, disolviendo la potencia
de la única bombilla,
pero no; la ha quitado.
¿Sus poemas? Nunca los conoceré,
aunque son los que más necesito.
Ni siquiera puedo descifrar
el alfabeto en que escribe. Su silla…
Supongamos que es de cuero
o de lona, de plástico o de mimbre. Dejemos
que tenga una silla, su lámpara sin pantalla,
la mesa. Dejemos que en la habitación contigua
haya uno o dos a los que ama. Dejemos que la puerta
esté cerrada, que los que duermen estén sanos.
Dejemos que tenga tiempo, y silencio,
papel suficiente para equivocarse y continuar.
• Jane Hirshfield
en “The Lives of the Heart”, HarperCollins, Nueva York, 1997.
Versión de Jonio González.
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