El Hudson baja turbulento.
Domingo, paseo por Brooklyn, más de dos millones y medio de habitantes, el barrio con más escritores por metro cuadrado. Me
fotografío como un homeless frente a una casa donde vivió Marilyn Monroe cuando
estaba casada con DiMaggio. Entro en una iglesia presbiteriana y con todo
respeto rezo y pienso...
…
replantearme el día a día, el pensamiento, eludir la rutina, reintentar lo
cotidiano, las relaciones con los otros y sobre todo la relación conmigo
mismo...
…
olvidar muchas cosas que aprendí, que me enseñaron, despojarme de lo de antes,
asimilar que ahora es lo que hay y que es todo lo que cuenta , encontrar ese
que soy, dar, estar con los otros, compartir aquello que hago mejor, ser mejor,
ser...
… en
los últimos meses he tenido al menos dos noticias buenas, omitiré las malas. Al
contarlo muchas personas se han alegrado por ello, me lo han dicho, he visto
una alegría sincera en sus ojos. Estas son las personas con las que
quiero compartir mis días. Otros no me han dicho nada, su silencio
era elocuente, en su mirada había indiferencia, incluso a
algunos les llevaban los demonios. Estos son los que eludiré…
Estas
cosas pienso mientras paseo por Brooklyn, un barrio en el que se hablan más de
90 idiomas, ¿se entenderán entre ellos?, ¿habrá alguno que hable euskera? Seguro
que sí.
El
Hudson baja turbulento.
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