Parker viajero (2)
El tiempo siguió
pasando y.
Parker
ahora lo sabe, se lo inventó, nada ocurrió, ninguno de esos recuerdos que
mantiene como banderas en la colina. Por eso los sicarios del olvido se lo
susurran simulando con sus manos un embudo de seda, los sayones de la
negligencia emocional borran las huellas de sus dedos sobre la alacena que
contiene las cartas que no escribió, que no recibió. Entre todos entierran los
mastines muertos que defendían su torre de ceguera.
Fue
mentira, nada de aquello pasó.
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