Si Dios quiere
No
se vayan a enfadar, la sinceridad no está bien vista, lo sé. Ocurre que el
tiempo es desobediente, obstinado, pasa, no se detiene. Así nos quedamos como
nos quedamos. Esto tiene que ver con la decadencia. Alguna vez pensé que era
diferente. Esto fue hasta que supe que todos somos diferentes. Cierto es que
hay algunos más diferentes que otros. Tanto que un día me encontré con que era
otro, no el que era, quizás nunca fui aquel, he tenido que caminar hasta este
confín para saberlo, con los pies en el agua, llueve ¿soy ese? (sí) No me hagan
caso, quizás estoy influido por tanto como escucho, como leo, como veo, como lo
interpreto y siento. Me van a permitir el off, un rato. Agur (que se dice aquí),
hasta mañana (mi abuela Lucía, tan poco religiosa, añadía, “si Dios
quiere”).
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