Cobardía
¿Qué es un obsesivo? Es un actor que desempeña su papel y cumple cierto número de actos como si estuviera muerto. "Se trata de un juego viviente incluyendo todas sus características ilusorias-- que consiste en mostrarse invulnerable. Con este fin, se consagra a una exhibición de dominación que condiciona todos sus contactos con los demás". Es decir, hasta donde puede llegar con los demás, el otro con minúscula, que es sólo su alter ego, su propio doble. Su juego se desarrolla delante de un Otro que asiste al espectáculo. El mismo es sólo un espectador, y en ello estriba la posibilidad misma del juego y del placer que obtiene. Sin embargo, no sabe qué lugar ocupa. Lo que hace, lo hace a título de coartada. Esto si lo puede entrever y por eso casi nada de lo que ocurre tiene para él verdadera importancia. (J. Lacan)
¿Qué
(me) pasa? {ahora} Estoy aquí cada día, dejo lo
que escribo. ¿Siento lo que escribo? ¿Es simplemente rutina, técnica, un juego?
{todo es ahora} Hoy es el momento para dejar
los intestinos encima de la mesa y sin embargo sigo detrás de la puerta mirando
por la rendija, contando lo que sobra, toreando al toro negro de la ansiedad,
de la angustia, del vamos, vamos, actividad, que no se pare, doy vueltas sin
cesar. {vive} Cuando estuve en la UVI no
quería dormir, tenía pánico a no despertar, a morir durante el sueño. Pensaba
que estaba tranquilo, dominando la situación. “¿Hay alguno nuevo?”. “Sí, uno
que está pasado, tiene más miedo…”. Era yo, soy yo, tengo miedo, sí. De la
soledad, del tiempo que pasa, de no recordar, de que se me hayan olvidado
tantos momentos, tantas caras, tantos nombres que en un momento fueron todo
para mí. “Eres los más bello que ha pasado en mi vida”. {ama}¿Cuántas veces lo he dicho,
lo he sentido? ¿Qué será de Elena? ¿Y de Isabel? ¿De mi amigo…? Recuerdo su
rostro, no recuerdo ni cómo se llamaba. {disfruta de lo que eres} “No sabes amar”,
me lo dice a menudo aquella a quien amo. Si no sé quizás no la amo. {disfruta de lo que tienes}”Eres neurótico obsesivo”, me
lo dijo el primer momento de verme. {sé libre} ¿Se nota así, en la
epidermis, en la piel, en el gesto, en qué? “Y tú vas de sobrada”, pensé, pero
no dije nada, era la mejor amiga de mi mejor amiga y no fuera a ser
qué. {da} Pero me hizo cavilar. {juega} No iría a un psi ni loco (y
no es un juego de palabras), no hay nadie que sepa lo que hay aquí dentro mejor
que yo. {cálmate} “Si te duele una muela vas
al dentista, si tienes malestar vas al médico de cabecera, si te duele el alma
¿dónde vas? En ese quo vadis sigo, sabiendo que paso a paso me meto en un
túnel. {sé tú mismo} La soledad, ya lo he dicho. {busca} ¿Cuántas noches habrán
llorado solos tantos a quién quiero? {no temas} Aquellos que al día
siguiente paseaban conmigo, tomaban un vino en las Siete Calles, me hablaban de
fútbol, de la rubia de la esquina de la barra, jamás de su ánimo, de su soledad
(es la tercera vez que escribo esta palabra) {goza}. Silencio, la casa está en
silencio, me voy a la cama con mi amigo orfidal. (Me) Miento y lo sé, soy un
cobarde. {vive}
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