Miedo.
Nos
fuimos al campo a vivir, estábamos aburridos del trajín de la ciudad.
Nuestra
casa está aislada, un placer, la soledad. En un extremo del jardín comienza un
bosque de pinos, a veces se escuchan ahí ruidos de animales, pájaros, zorros,
comadrejas, una vez vimos un jabalí.
Al
atardecer tomamos el té en el porche y esa paz debe ser la felicidad.
Los
domingos por la noche vemos en televisión Wallander, una serie sueca. Al
principio me gustaba pero en esta tercera temporada la violencia es tal que me
incomoda, no sé, me desagrada.
El capítulo de anoche
fue especialmente duro, unos asesinatos crueles. No quise terminarlo. Salí a
fumar al porche, bien abrigado, las noches ya son frescas. Contemplar la
luna llena es relajante.
Miré
hacia el bosque y me pareció ver una figura, alguien vestido con una gabardina
larga, me sorprendí, nunca había visto ahí a persona alguna. Se abanicaba, era
su único movimiento, al menos lo único que veía. Le llamé. Desapareció entre los
árboles. Me inquieté.
Llamé a
Begoña y le pedí que cerrase todas las ventanas. “Hace frío, cariño”
La
figura apareció en otro lugar, justo al borde de mi propiedad, llevaba un
sombrero, una capucha, una máscara, no sé, se abanicaba, creo que escuché una
risa.
No
tengo ningún arma en casa, nunca he sentidos sensación de peligro. Cogeré un
cuchillo de la cocina. ¿Qué hago yo con un cuchillo?
El
hombre ese, quién sea, está en otra esquina, sé que me está mirando ¿qué
espera?
“Vete a
la cama, Begoña, enseguida voy”
Son las
seis de la madrugada, ha desaparecido de
mi vista pero sé que está merodeando ¿quién será?, ¿qué quiere?, no sé si
llamar a la policía, ¿qué les digo?, tengo frío y miedo.
2 comments :
yo me encerraria muy bien . y al otro dia veria que hacer . aveces en la noche oscura vemos cosas que pueden ser irreales . pero si, el miedo es real!
jessica vega, no, no, el miedo es muy real. Todavía estoy temblando. Menos mal que el personaje ese no volvió.
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