De un noviembre.
Noviembre
embebido en un tibio envoltorio de tulipanes. Suenan cascabeles. Salgo a buscar
(te/me/os). Abro la puerta y nadie hay. Recuerdo sus nalgas como frutas, el frío
intenso, el amor entre las sábanas con un pálido sol entrando por la
persiana entreabierta. Había huellas en la alfombra, el aroma de los arcángeles
aun flotaba en la habitación. Neruda cantaba a la niebla del encinar. Luego
vino el silencio.
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