Aquí
Aquí (es decir, compartir). ¿Compartir lo que sobra? No. Compartir lo que es,
lo íntimo, lo que hace gozar, sentir, crecer, preguntarse, lo que duele, lo de
dentro, a veces de tan dentro que ni siquiera lo había visto nunca. Descubrir
(os/me). Y ¿quién está ahí? Ni idea. Conozco a…bueno, a los/as que conozco,
ellos/as lo saben. Pero ¿nos conocemos? Ay, qué será este juego detrás de
un teclado, una pantalla con música de fondo, una rutina, un intercambio.
¿Compartir lo ajeno? Copiar y pegar. A veces me pego en el alma tanto
sentimiento que ando llorando por las esquinas de mí mismo, por dentro, no por
fuera, se me arrugaría el disfraz, la máscara, lo que se ve, ¿se ve? A veces me
copio el bazo, lo coloreo y lo dejo aquí, despanzurrado, ya ves, no ves, no lo
ves, ¿quién tiene tiempo para ver otra cosa que su ombligo? Mi ombligo, por
cierto, es precioso, gigante, una obra de arte de partera, a veces encuentro en
mi ombligo sorpresas, objetos sonoros, gritos, señores con paso apresurado, una
puta con una afilada guadaña al hombro, una novia que tuve en otro siglo y que
ahora tiene un cuerpo distinto, incluso una cara distinta, estoy por jurar que
no es ella y vivo/muero con otra. Para colmo también está lo de los Otros. Aquí.
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