Víspera de Santa Águeda
La víspera de Santa Águeda (en euskera Agate
Deuna Bezpera), el día anterior al 5 de febrero,
según el santoral
católico día de Santa
Águeda, es costumbre en muchos pueblos de Euskal Herria el salir a cantar las coplas de
vísperas de Santa Águeda.
La costumbre marca que se salga en cuadrillas por la calles
de los pueblos y ciudades, así como que se recorran los barrios de caseríos
yendo de puerta en puerta cantando coplas a la santa y recogiendo dinero para
diferentes causas. Se suelen acompañar de bastones y palos con los que se
golpea el suelo rítmicamente.
Las vísperas
La víspera de la festividad de la santa, 5 de febrero, se
acostumbra a salir, en muchos pueblos , a realizar rondas corales cantando
coplas en honor al martirio y muerte de la santa. Antiguamente eran jóvenes en
edad de ir a realizar el servicio militar (los quintos) los que se agrupaban e
iban de puerta en puerta recogiendo dinero o diferentes viandas para realizar
una comida o merienda. En la actualidad son grupos de toda clase de edades, las
escuelas y colegios suelen realizar sus salidas, que recogen dinero para
diversas finalidades (también la de realizar una comida o cena).
El grupo coral va ataviado con unas varas o bastones con los
que se golpea el suelo al ritmo de la copla. La temática de las coplas es
diversa y recuerda a la santa pero también trata otra temática más
"humana" para intentar recaudar lo máximo posible. En cada lugar
suele tener sus letras y en algunos se acompañan con bertsolaris (improvisadores de versos) aunque se
van generalizando las mismas. Se suele cantar en euskera y
dice así:
Aintzaldun
daigun Agate Deuna
bihar
da ba Deun Agate
etxe
honetan zorion hutsa
betiko
euko al dabe.
Tomado de Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADspera_de_Santa_%C3%81gueda
Martirio de Santa Agueda.
http://www.corazones.org/santos/agueda.htm
Me lo dicen, después de un poema de Valente, de Gamoneda, de Juarroz, no se puede dejar ningún escrito, sea el que sea.
A menudo me dicen que las fotografías tapan los textos, los minimizan.
También que la música del blog es buena y variada, que les gusta, a otros les molesta que salte de súbito al abrir la página, algunos prefieren lo clásico, Javi quiere blues, Juanjo más de Alborán.
Uno me dijo que qué problema tenía para venir aquí cada día.
Otro que ya no me comentan.
Iñaki dice que prefiere lo corto y no sé muy bien a qué se refiere.
Carmen no me lee porque no entiende estas cosas de ordenadores.
La constante Magnolio me comenta con cariño y un veraz punto crítico.
S me reprocha algún acento perdido, el exceso de comas, los puntos y aparte.
Teresa no me lee, por principio.
Qué majas, qué majos.
Hay días que esta hoja en blanco se me llena de unicornios, como una llamarada de verdades a medias caminan por el borde de lo inverosímil y la pesadumbre, se transforman en peces de mediodía, en un extremo de funerales y belleza, la despedida antes del polvo y los deberes de indulgencia y glaciares, ruidos en la inteligencia, en las miradas, en el hálito de vivir, lo contrario de una fábula, de un crimen, niños con ojos limpios y sabores de fresa, ritos de colores para que continúe un verano ilimitado en una playa eterna, girasoles y acacias en el camino a Cádiz, mis hijos con las mejillas enrojecidas por el sol del atardecer, las casas blancas y aquel que era, ese hombre barbado que sonríe en las fotografías que he encontrado por azar al ordenar un armario, lástima de años apilados en nostalgia y distancia, he olvidado nombres y rencores, mi pensamiento es un jardín menos lúcido, antes que el pecho se me llene de ruidos y las piernas de torpeza voy a caminar hasta que termine la tierra, un itinerario sagrado que me atrae y asusta a la vez, lo haré, también esto lo haré.
Lo dicho, después de Santa Agueda es difícil salir airoso.
Me ha pasado con algunas.
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