miércoles, 7 de enero de 2009

▼ julio 2008 Idea Vilariño.



Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido.

Idea Vilariño.



Antes de acariciar su espalda, con deferencia, el hombre del traje azul preguntaba a su seria amada si prefería que el tema de conversación, después, fuera el amor, las risas en las sombras, la pasión, la música, las sofisticadas modas literarias -todo mentira-, informática, jazz, operas varias, celos, pájaros, los canales de Venecia, la cultura celta, vueltas y revueltas hasta quedarse solos, otra vez, fijándose en la pantalla que les traía un viento que alborota sus cabellos (qué envidia) y qué, a veces, les retorcía el corazón y los brazos, les dejaba así, mirando un mensaje como una botella que encontraron en la playa perdida de sus sueños más reales, mensajes de náufragos con el corazón gastado, mensajes de mujeres mirando por una ventana -como en el cuadro de Dalí, de espaldas al espectador más cercano *-, mensajes de locos y locas con el alma partida que escriben los días pares y los impares duermen en brazos del trasgo; personas que sueñan despiertas, que viven sonámbulas, que escriben en una hoja carmesí y lloran; mujeres que conocieron el sol y se quemaron; hombres que no conocerán jamás y que les besan apasionadamente (a él no); viajeros de un tren nocturno que se miran con disimulo; pasajeros que se apean siempre en una estación anterior a la de su destino; astronautas encerrados en una burbuja que mueven los labios como peces en su pecera; una pareja de ciegos sonrientes con su hijita de la mano, eluden una y otra vez las alcantarillas, los obstáculos en su camino; las personas que hablan con su almohada, con su espejo, con sus seres queridos ausentes, con su loro, con las cosas y cuando hablarán con su presente y dirán que hasta aquí llegamos y que preparen las maletas los fantasmas y se fueron, pero para qué irse si hay que volver y me he aburrido de escribir este post, si algunos no entienden lo explicaré otra vez, despacio y, perdone, usted quién es para decir estas cosas en el pasillo de hotel que se pierde en un fondo oscuro, hale, váyase que voy a cerrar, (tú no, tú no, no es a ti) salga por favor y no se demore en las esquinas, en los recovecos de la ortografía, mañana vuelva si quiere pero hoy voy a cerrar, salga, no me obligue a sacarlo de malos modos, no ve que estoy triste porque he perdido la confianza en este espacio, he perdido el sentido del espectáculo literario, nadie atiende a mis rezos más fervorosos, la multitud brama frente al blog, en los márgenes de la página, en las playas atestadas y más braman los atropellados por textos ebrios y por un día me van a permitir que cuelgue estas incoherencias y como no se iba utilicé mi vieja pistola automática y aquí estoy, esperando a la policía, con el cadáver del lector intransigente a mis pies y repito en voz baja, “se lo dije, le avisé, parecía sordo”, y es que nos hemos vuelto todos locos, se ha perdido el romanticismo y las buenas maneras, qué le costaba haberse ido, se lo avisé de buenas maneras y fin de la historia de hoy. Cada día es más peligroso este mundo blog.


*Ah, perdonen queridos lectores, se me ha olvidado contarles que desde cualquier lado de la habitación que observes ese cuadro, la mujer te mira, seria, concentrada. Es curioso, la mujer - ¿quién será?-te mira.


12 comments :

Tempus fugit dijo...

Un lector ejecutado(o asesinado) en un texto, ¿queda siempre preso en él? Porque en ese caso el escritor se convierte en una especie de dios (recuerdo "Niebla")que te puede dejar eternamente en la cuneta de una carretera perdida, en el suelo de un hotel en llamas o en el lecho de la mujer del cuadro.
Por cierto, he notado algo raro, familiar, en tu texto ... ¿no seré yo la víctima?

un abrazo, maestro

Tempero dijo...

Tardo en decirte que tu aspera mano
sobre mi espalda es signo de vuelo.
Sé que cada día te aterriza
sobre ella el trabajo lejano,
sé que perduras en tus huellas dactilares,
si quieres no me digas nada,
acudiré a la carta que me dejes
cuando te vayas. Todo será amalgama.

gaia07 dijo...

Para juzgar correctamente una obra genial hay tantos puntos de vista a tener en cuenta, tantas circunstancias que comparar, y tanta necesidad de conocer la naturaleza humana, que ningún hombre que no posea el juicio más sólido hará nunca una crítica aceptable de tales obras. Y esta es una nueva razón para cultivar el goce de las artes liberales. Nuestro juicio se reforzará con esta práctica… Tras posteriores reflexiones, creo que más bien mejora nuestra sensibilidad para todas las pasiones delicadas y agradables, al mismo tiempo que deja la mente incapaz de emociones más rudas y turbulentas.
La norma del gusto y otros ensayos (1742). David Hume


Esa mirada es la que siempre hace que te preguntes: ¿¡leches, que he hecho!? Y te pones a repasar mentalmente las últimas veinticuatro horas.
Un beso y un tazón chocolate caliente para quitarnos el intenso frío.

Anónimo dijo...

Permíteme que siga soñando despierta... soy su seria amada y el tema de conversación no tiene importancia, porque todo lo dice el y EL ES TODO.
¡Mi vida en un gemido!

Shandy dijo...

Cogito, ergo sum.
Por cierto, la dama del cuadro fija su mirada en algo o alguien, pero no está seria.Juraría que a mí me sonríe, glups... ¿Estaré en otro mundo? Cogito ergo sum, cogito ergo sum, cogit... Ay, Pedro, quíteme de dudas: haberlas haylas.

Pedro M. Martínez dijo...

No De cenizas, no podrías ser mi víctima. Bastante tienes con venir aquí tan a menudo. Y eso que mi falta de tiempo me impide visitarte tanto como quisiera.
Y es que no me llega el tiempo pa ná.
Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Todo será amalgama Tempero y rechinar de dientes.
Pero hoy, con este frío, la verdad, no estoy para líos.
Me voy a la cama.
Saludos.

Pedro M. Martínez dijo...

Qué suerte tienes gaia07, con mi memoria apenas recuerdo que he hecho en la última hora y dos minutos.
El resto es vacío.
Y ausencia.
A pesar del frío he caminado (ay, mi rodilla aún e impide correr)
Y me duermo
Besos
Muchos

Pedro M. Martínez dijo...

Anónimo gimiente, los anteriores anónimos no gemían ni ná.
Espero que seas rubia.
Y que sigas leyendo así, tan bien.
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

¡eh! Shandy, me ríe a mí (le estoy hacienda cosquillas bajo la falda)
Y no, estás en este (mundo)
Creo
¿no?
Sí.

cristal00k dijo...

¡Ah! me tienes "ensisá" Pedritoooooooooooooooooooo. Eres como un encantador de gentes.
Besos!

Pedro M. Martínez dijo...

Pues no cristal00k, soy un tío bajito, pies planos, con boina, un chalao, no encanto a nadie.
Pero tus besos me encantan.

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