martes, 27 de enero de 2009

Tú en Gata y yo en Finisterre.



Entre la piel y el alma hay una playa donde languidecen jardines que se ahogan mientras pasan los días –quién lo diría- incluso pasan los años y aún no estamos en foto fija, tenemos bordes, olores entre los dedos, miradas táctiles, química de antimonio y remordimientos, de ácidos delineando los contornos de la coincidencia, análisis de aceros o de mentes, minuciosa evaluación de carbono o de dolores, porcentajes implacables que dibujan y definen, oxígeno que respiramos desde las riberas, tú a un lado, yo a otro, la vida en medio con su carga de realidades, río implacable, sin sitio para peces soñadores, sin pescadores melancólicos, huraño el conductor de este autobús que me lleva a Finisterre, cunetas interminables con paisajes de bosques quemados, no hay espacio para la esperanza de lo verde, ya llegará la primavera mientras tu lucidez, tu disciplina, París y este tiempo de verdades – también tu conductor- te sitúan en el cabo de Gata, -ay, diciembre- lejos, estamos lejos, ya no somos y sólo queda aferrarse al faro y soportar el viento, ser viento, acariciar las rocas y gritar ahora que nadie me oye, inútil desgañitarse, es igual, la lluvia ha inundado los caminos de regreso, los caminos, no podemos estar más separados y esos corteses besos en la mejilla, cuando nos vemos, cuando nos despedimos, son una educada muestra del terremoto, un rescoldo del incendio aquel, la evidencia de tus piernas y las mías, evocación de tus muslos, generosidad de noches amándonos en un insomnio apasionado, cartas en el altillo, testimonio de cicatrices y tatuajes, toboganes encerrados detrás de la puerta, flores y cenizas, no recuerdo si te traje caracolas de mis viajes, si pinté tu nombre en algún mármol de Roma, si te herí de norte a sur, si aún vivo en el destierro de palabras huecas, si me perdí frente a la frontera de señales despintadas, si solo quiero quitarte la ropa, escalar el vacío de tu espalda, vestirte de suspiros y comerte como a una fruta, mujer manzana, beber tus jugos, fuente en una esquina de mis calles, morder tu resistencia y despeñarme en tu cuerpo de miel, anciana que miras y ves y ya no eres y cabeceas en esa barca sin remos, navegante de cala en cala de nombres curiosos, en las que no nadaré, en las que no me sumergiré, aguas prohibidas, azules, pastores de rebaños perdidos en esos desiertos, prestidigitador de palomas y pañuelos de seda, de voces en madrugadas de viernes, con resquicios de miradas ausentes esmerándose en la conciencia avivada, en la desazón del misterio fugitivo, trasbordos en trenes nocturnos, en estaciones en penumbra, en túneles sin final, no se pueden saldar las viejas deudas con suspiros, no me acostumbro a esta intemperie sin fin y todo se ha vuelto negro desde esta mañana. Dame luz.



(No sé como terminar.)


24 comments :

Moony-A media luz dijo...

¿Necesita un final?
Me gustan las referencias químicas. Y Finisterre.

Un beso grande.

Lirium*Lilia dijo...

Excelente! Claro que hay un después de esa intemperie, claro que tiene fin, u otro principio de intemperie... Final abierto, me gusta, quizás en otro momento continúe, o quizás cada lector le de el cierre que desea suceda.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Moony
¿Necesita un final? Ya no (a buenas horas).
Las referencias químicas tienen su aquel (algún día lo explicaré)
Finisterre no necesita explicación, con disfrutarlo es suficiente..

Un beso

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias, De Lirium soy.
Hay un después triste.
Pero un día sale el sol y todo reluce.
(Hoy no, hoy llueve sin parar, miedo me da salir a trabajar)
Un abrazo.

Nikté dijo...

No acabes nunca.

Tempus fugit dijo...

¡Touché!
Hoy, me ha paecido especialmente sublime.

un abrazo, Maestro

Anónimo dijo...

"no quiero necesitarte porque no puedeo tenerte"

Besos...

matrioska_verde dijo...

está perfecto tal cual estas, con ese "no sé como terminar"
bicos,

Pedro M. Martínez dijo...

Termina por aburrir Nikté.
Ya pienso en cambios

Pedro M. Martínez dijo...

No soy yo sos vos De cenizas
Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Algo así Scheherazade.
La que sabe, sabe.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias, Aldabra, si sé, pero así queda mejor ¿no?

Tempus fugit dijo...

¡Ché looooco! Sos vos¡¡¡¡
jaja Me he dado cuenta ahora del "paecido" (castigo por escribir desde el despacho)

un abrazo corrector.

Camille dijo...

Uy ( y sin traducción, igualito que vos)

Anónimo dijo...

¡Yo me pido ser el Faro!
Y ahora que nadie nos lee, a que me lo has dedicado a mí, a que sí...
Tu pones el texto, la verdad es que maravillosamente expuesto y cada uno lo aplica a su conveniencia, como debe ser.
Me encanta.

Anónimo dijo...

Estoy aquí, en el Mediterráneo. Te puedo dar Agua Amarga, te puedo llevar a Lucainena de las Torres, por la antigua vía del tren, podemos dedicarnos a extraer hierro. Pero corremos un riesgo: oxidarnos.

Besos.
A-2, pero no la autopista.

gaia07 dijo...

Así es la vida en común, se puede estar en puertos distintos en el mismo barco. Anhelas cosas diferentes al tiempo que quisieras anhelar las mismas. La luz para ver el final la llevas tú “entre la piel y el alma”.
Que hermosa el agua, a la vez que terrible cuando se desboca. Menudo mundo este en el que podemos pasar de un extremo a otro sin control.
Un abrazo tierno.

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, ché, ¿viste? este es un berretín de blog que pelecha, no me da de morfar, ni me acamala, pero para manyar lo que digo hay que leer, sin gambeteos, para desayunarse hace falta chamuyar, piyar la escritura en serio, no rechiflarse con los comentarios (como los de vos) y yugar con la zurda.

Mañana, más.
Aunque llueva
Te abrazo, pibe.

Pedro M. Martínez dijo...

Entendido Camille
(Gracias, madre guapa)
(y la hija)
(límpiale al padre la baba)(no me extraña)

Pedro M. Martínez dijo...

Te apuntas a todas sk8, sea, faro.(y me aferro)
Dedicado a ti, claro, por supuesto.
Este es un espacio (casi) de servicio público.
Encantada, un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

A-2 mediterránea ocasional, sí, Lucainena de las Torres esta cerca del cabo del Gata. Agua Amarga + o -.
Tú y yo no creo que nos oxidemos nunca,
Cansarnos sí.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Tus comentarios los leo con ojos de espuma gaia07 y los veo con tantos colores que me tiembla la espalda y un punto impreciso cerca del corazón.
Y no te preocupes, nado bien.
Ese abrazo tierno(X2).

Tempero dijo...

'mujer manzana'

Este perfume de manzanas,
¿de dónde viene? ¡Oh sueño mío,
mar mío! ¡Fúndeme, despójame
de mi carne, de mi vestido
mortal! ¡Olvídame en la arena,
y sea yo también un hijo
más, un caudal de agua serena
que vuelve a ti, a tu salino
nacimiento, a vivir tu vida
como el más triste de los ríos!

José HIERRO, 'Despedida del mar'

Te lo termino con esta esquirla de poema, Pedro, buenas noches.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias por venir también hoy Tempero.
Ha llovido tanto que me voy a la cama nadando.
Buenas noches.

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