lunes, 5 de enero de 2009

▼ mayo 2008 Lluvia, Hierro y Rock&Roll


Lluvia, Hierro y Rock&Roll
Historia del rock en el Gran Bilbao
(1958-2008)

Alvaro Heras Gröh


"Lluvia, Hierro y Rock&Roll" es un fascinante y minucioso recorrido a través de la historia del rock bilbaíno, comenzando a finales de la década de los 50 hasta llegar al año 2008. Un trepidante viaje en el tiempo que nos acerca a los grupos, los discos, los programas de radio, los fanzines, las revistas y los conciertos. Desde Platero y Tú, Los Mitos y Dinamita Pa' Los Pollos, hasta Fito y Los Fitipaldis, Atom Rhumba y Eskorbuto. Compuesto a partir de más de 150 entrevistas realizadas a músicos, promotores, aficionados y periodistas, el libro está ilustrado con más de 400 fotografías, carteles y entradas de conciertos que lo convierten en una obra de referencia única en su género.

Más allá de un texto sobre música estamos ante un auténtico documento sociológico en el que se ven reflejados los hábitos de ocio de buena parte de la juventud bilbaína del último medio siglo. Partiendo de los guateques y las fiestas matinales de los años 60 hasta los festivales multitudinarios del siglo XXI, pasando por la explosión de las salas de fiestas de los 70 y los bares y locales autogestionados de los 80 y 90. Nada escapa a este pormenorizado análisis repleto de anécdotas e historias curiosas.

50 años de historia de Bilbao desde la perspectiva del rock, una de las manifestaciones culturales más relevantes de los últimos tiempos.


Es un magnífico y concienzudo trabajo.

Aporto una modesta colaboración. Mi nombre aparece como disk jockey y escritor (me han llamado cosas peores)


Escribir es un ejercicio metódico y arriesgado, producto más bien de la constancia que de la inspiración, más del trabajo que de la ayuda de pretendidas diosas rondando miradas al cielo. Me refiero a escribir, hacerlo bien, que otros consideren que lo haces bien, ya es otra cosa.

Juntar escritos requiere dedicación, tiempo, esfuerzo, capacidad de observación, amor por lo que se hace, empeño. Según capacidades costará más o menos. En algunos casos es una obligación, en otros una huida, en muchos un placer, en bastantes la satisfacción de un deber espiritual.

Publicar esos escritos entra dentro del privilegio del escritor, de su vanidad, de su necesidad, de su capacidad de compartir lo íntimo, o sus mentiras, o sus sueños, sus miedos, sus anhelos, sus historias. Que alguien los lea depende enteramente del que lee, de su libertad como lector, del azar al escogerte, del capricho en su elección, su rutina, su deseo, su tiempo, tantos y tan variados factores.

Un acto tan libre como leer es publicar esos escritos. Al hacerlo en forma de carta, libro, en un blog, en un pasquín en la pared, como fuera, ya está expuesto a que el posible lector lo interprete a su manera. Es decir que escribas manzanas y lean peras. Eso es muy antiguo. Hay quién nunca sabrá lo que es una manzana, a quién las manzanas no le gusten, quién se coma una manzana creyendo que es una naranja o quién utilice las manzanas como alimentos de sus rebaños. Los gustos son respetables.

Quizás porque llevo trabajando toda la vida, el trabajo, cualquier trabajo, me merece un gran respeto. Aunque mucho más respeto me merece el trabajador. Este tiempo light no es el mejor momento para sacar las viejas banderas y recorrer las avenidas de las grandes frases, de los ideales enterrados, la revolución es cosa de viejos, de nostálgicos, de los muertos, de los ilusos. Me incluyo en esto último.

Esta idea del respeto me hace respetar a los que no les gustan las manzanas, a los que se las comen pensando que son papayas, a los que las dejan encima de una mesa como decoración, a los que se las ponen a sus hijos encima de la cabeza y las traspasan con flechas desde varios metros de distancia (pobres niños indefensos), a los que las comen en puré acompañando guisos de ciervos o jabalís. Es decir que respeto al que lee, al que no, al que comenta, al que no, al que escucha la música, al que ve las fotografías, a todos los que me hacen el favor de pasar por aquí. Lo agradezco profunda y sinceramente.


Todo esto ya lo había dicho antes.
Me lo repito.




14 comments :

Tempus fugit dijo...

Este ejercicio de "metaescritura" es un puro reconocimiento (autoreconocimiento en tu caso) del valor de lo que escribes y del respeto que mereces. Yo no lo he puesto en duda nunca. Y si alguna vez he comentado en tono un poco "gamberro" ha sido por ese concepto de "confianza" que en algunos casos se nos va de las manos (sin llegar jamás al extremo de "Un castellano viejo")
Me parece que me he perdido... bueno, que sí, que tienes razón.

un superabrazo, maestro.

Tempero dijo...

Me acabas de proporcionar el hilo: enhebro ahora la aguja. Estaba leyendo a Benjamin Prado y sus 'Siete formas de decir manzana'. Sabía que en cualquier momento me encontraría con un zumo, más propio de una naranja que de una manzana, pero lo que más me importaba era el lugar donde lo debía leer: rodeado de manzanos. Allí me fui y me senté en una caja azul de fruta vuelta del revés. Empezaba con una pregunta: ¿Qué no es poesía? Leí -¿cómo se dice, con fruición?-, pues eso que leí con muchas ganas y pasada la primera hoja me encontré: 'Un poema no es el inventario de un tesoro, sino una forma de desenterrarlo'. Ya empecé a revolverme, a sentir el jugo necesario. Noté un finísimo temblor. No lo podía creer. Alcé la caja sobre la que estaba sentado y un conejo ejerció de liebre a mi vista. Qué delicia verlo sortear los troncos. Ya no seguí leyendo. Lancé el libro y se quedó trabajo de una rama. Fui a casa, rápido, y me puse a desenterrar las palabras. Eso me pasó por sentarme a leer.

ybris dijo...

Pasaba el puntero sobre los treinta y un títulos (¡31!)del pasado mayo y quiso el azar o el temblor de mi dedo que se abriera el de "Memoria sobre el opaco cristal del amor" donde te decía:
"Entusiasmado quedo con tu poema:
Con ese centauro poeta sobre la piel dormida.
Con la aceptación de su pérdida.
Con su espera sin esperanza.
Con su amor imposible.
Con su dolorida terquedad en la búsqueda de la palabra exacta.
Con sus pupilas sedientas.

Chapó, amigo."

Más de siete meses han pasado de eso y tú sigues tercamente escribiendo mientras yo sigo incansablemente descubriéndome ante lo que escribes.
Tienes razón: quien escribe se expone a que le cambien las manzanas por peras pero ese riesgo lo acepta quien se rinde a la palabra.
Nunca te llamen nada peor que disk jockey o escritor.

Un abrazo.

gaia07 dijo...

Tengo junto a la pantalla del ordenador, un ramo de margaritas granates aterciopeladas. Al levantar la vista de tu escrito veo que me observan fijamente. Algunas empiezan a marchitarse, el tallo cae pero la flor me mira de frente, como expectante. ¿Y ahora que le digo a Pedro, no quiero repetirme ni hacerle la pelota que es muy sensible a esas cosas? Le he preguntado.
Y nada, no ha hecho movimiento alguno.
Pues eso, si te has imaginado a la margarita, así estoy yo, no granate, pero si curiosa. La margarita me observa, vuelvo a leer tu escrito pero la miro de reojo. Se ha impuesto la muy sinvergüenza en mi mente, como tú.

Al final he sacado una reflexión de esto (ya empezaba a preocuparme). Cada cosa tiene un valor implícito solo por existir, ser creado o manipulado. Como consecuencia de eso, el valor dado a algo natural o perfecto no se puede definir, ni por el que lo crea ni por el que lo disfruta. (Ahí queda eso)
Otro beso (llevo una lista de “pendientes de intercambio real”)

Margot dijo...

Me lo repito contigo... porque a veces me sulfura (bonito palabro, tan mineral él) que lean cerezas cuando yo escribo pomelos o viceversa. Pero eso, escribir es escribir y luego es leer, que lean, que leo, que todos, que cualquiera sabe dónde el hueso y a veces la carne de la cereza, tan dulce ella o las muecas del pomelo.

Se pone y escojan, ya está, verdad? Y olvidemos los sulfuros!

Besos repetidos!

Anónimo dijo...

Es una gozada leerte y disfrutarte...
"Verdaderamente engancha" y por si fuera poco tienes unos comentaristas de lujo.
Gracias a todos por enriquecer mi día a día.

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, te estás haciendo viejo, estos reconocimientos públicos pueden arruinar tu reputación, que lo sepas.
Pero, con toda confianza, te abrazo, agradecido y sonriente, encantado.
Hay química, chaval.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias Tempero

El sueño es dulce, sientes
grandes ruedas de fuego en el calor del día.
y Lou Reed también dice
que si cierras la puerta
tal vez la noche dure para siempre.

Benjamin Prado


Tus comentarios son un lujo, gemas surrealistas, irónicas, prendidas en este papel de nada y terciopelo deslucido (es por los lavados, la cal, ya sabes)
Lee. Un saludo.

Pedro M. Martínez dijo...

Pues sí ybris, me han llamado cosas peores y, como corro, a veces lo he hecho delante y otras detrás de quién me interpeló.
Y no es terquedad, es necesidad. A pesar de todo.
También egoísmo.
Otras cosas también hay.
Un abrazo de Baltasar.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, “no os comáis las margaritas” que era una película de Doris Day (la pobre, vaya historia, la suya, la real, maltratada, ay) que vi ni sé cuando, creo que el cine aún era mudo, o borroso, o aún no había visto la raya que separa el día de la noche, cuando la vi caminé sobre ella sin salirme, en equilibrio.
Alto, ¿y ahora? Ahora la vida va, nadando en un mar de olas que tan pronto te dejan arriba como abajo ¿Sabes que nadaba travesías en mar abierto? No, no lo sabes, muchas cosas no sabes, aunque aquí, disfrazadas, cuento algunas.
Pues eso, que nadaba ente olas y tiburones…
¡¡¡Abuelo, las píldoras y a la cama!!!
Me llaman, hasta mañana.

Un beso...

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, me como las muecas de tu pomelo, me unto con sulfuro de barrio, nunca con sulfhídrico, pongo cerezas en mis orejas, escribo y te como a ti.
Que sea lo que Odín quiera, olvidemos la primavera y amémonos sobre un montón de neumáticos de tractor.

(No puedo beber)(Veo bichos)
Besos tartamudos.

Pedro M. Martínez dijo...

Anónimo, dejémoslo claro, si eres anónimo, sí.
Si eres anónima, no lo sabes tú bien.
Pero puedes saberlo.
Lo de disfrutarme (en una esquina dejo mi teléfono).

Y no se te ocurra llamar a los comentaristas (sobre todo a De cenizas)
En serio, gracias.
Anónimo o anónima, un beso.

Ah, la noche se mueve (lo canta Bob Seger).

Tempus fugit dijo...

jAJAJAJAJA, ¡Qué cabrooooooonnnnnn! Si tú sabes que nunca sería competencia, en ningún(bueno, quizassss) sentido.


Un abrazo (pero el teléfono me lo he apuntado... un día te llamo)

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, en algún sentido sí.
En ese.
En el sexto (sentido, no mandamiento=
Llama, llama.
Abrazos.

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