domingo, 18 de mayo de 2008

Desparrame.


Este desparrame diario de vísceras sentimentales sobre la mesa me deja perdida la camisa, con chorretones sanguinolentos de confidencias, con trozos de alma colgando. A veces me siento un carnicero de mis propias emociones, un matarife de las vacas melancólicas que pastan en mi imaginación, un exhibicionista que se abre la gabardina y enseña las vergüenzas. Otras me siento un tahúr con la manga llena de cartas altas, con la baraja trucada, con un arma de palabras presta para salir a la mano. Algunas, en fin, me siento afortunado, escribo, es mágico, alguien lee, lo entiende, o no, al otro lado hay vida y este quehacer perdido entre las constelaciones cibernéticas tiene un rumbo.

Pero –ojo- tú que lees tampoco te libras ¿eh?


Si –como repito una y otra vez- aceptas que esta es una página con tendencia literaria -eso intento-, vale, hay gustos para todo, gracias por venir. Aunque prefiero leer a James Salter o a Erri De Luca.
Pero –ay- si crees que esto es un blog en el que cuento mi vida...pues no, vigílate, tienes una clara tendencia voyeur, una afición a mirar tras los visillos, no es eso lo que hay aquí, pero también gracias por venir.




Aunque no te

vayas a enfadar

por esto ¿viste?







Lo de cada día (que, por cierto, me ha quedado un poco allá que te vi)


Domingo

Nunca ocurre nada los domingos.
Nunca encuentras un nuevo amor en domingo.
Es el día de los infelices.
Día de pensión o día de familia.
Las horas más dolorosas de la amante
cuando se imagina a su amado
con sus hijos en las rodillas
mientras su mujer, sonriente,
entra y sale con tentadoras bandejas.
Un día maldito.


Alguna vez tuvo que haber sido diferente.
¿Por qué si no tendríamos todos
que esperar con ansias el domingo durante toda la semana?
¿Quizá cuando íbamos a la escuela?
Pero ya entonces las campanas sonaban
compungidas y grises como lluvia y muerte.
Ya entonces las voces de los adultos
eran débiles e insonoras como si buscasen a tientas
y en vano las palabras dominicales.


El olor a humedad y a pan mohoso,
a sueño, botas de goma y achicoria
ya subía entonces por la escalera
y la calle, que estaba dura, vacía y diferente
de una manera desolada ­
El olor dominical nos forraba
con la gruesa capa de la decepción
que sigue a una expectativa
sin meta específica.


Pero, entonces ¿cuándo? En un lugar anterior a la memoria
hubo felicidad, una expectativa irresistible
que todavía nadie había sido capaz de defraudar.
Entonces las campanas significaban que papá estaba en casa,
el bigote, las negras cejas y el olor a tabaco mascado
estaban allí y allí quedaban, en un lugar cercano,
y quizá la risa de tu joven madre
sonaba más alegre que los otros días.


Es domingo. Tú nunca encontrarás
un nuevo amor ese día.
Estás sentada en el cuarto de estar
apabullada y rígida como una figura de cartón
a los ojos de los niños.
Escarban con los pies
y se pelean sin energía.
«Deberíamos hacer algo», dices.
«Sí», dice una voz detrás del periódico.
Entonces os calláis los dos, porque todo lo que tenéis ganas
de hacer es oculto y secreto
y sería inaceptable para el otro.


Las campanas de la iglesia suenan. Las narices de los niños
se llenan de desesperanzado olor heredado.
Sobre sus dulces rostros se desliza
una fealdad pasajera.
Una luz marchita
nace en sus ojos.


Pero todos esperamos el domingo
toda la semana, toda nuestra vida,
esperamos la ilusión de cientos
de largos domingos vacíos, agotadores.
Día familiar, día de pensión,
el infierno de los amantes secretos.
Ese día en que la nauseabunda grisura de los adultos
impregna a los niños y establece
la incomprensible melancolía dominical de los años venideros.

Tove Ditlevsen


(Traducción de Francisco J. Uriz)

18 comments :

irene dijo...

¿No se te puede escapar alguna víscera propia de vez en cuando?, sea así o no, es igual, a mí, personalmente, no me importa la vida de los demás (en el buen sentido), pero me gusta cómo escribes, aunque haya veces que te entienda mejor que otras.
Acaba de empezar el domingo, hace una hora, pero estoy muerta de sueño, en otro momento vengo y te leo más despacio, lo de Domingo, no lo he leído.
Verás, te tenía en Marcadores y vino mi hijo a darme algunas clasecitas de informática y te borró sin querer, al final te encontré y vine sólo para "engancharte" otra vez.
Y a ti qué te importa, dirás, si es que tengo sueño y digo tonterías, me voy a dormir.
Buenas noches.

ybris dijo...

Ya sé, Pedro, ya sé.
No habría resistido tanto tiempo pasando por aquí si hubiera querido descubrirte. Ya ves que ni siquiera uso el correo.
Descubro tus desparrames literarios y es suficiente y satisfactorio aunque me guste saber que haces el Camino, que vives en Bilbao, que eres empedernido viajante y que a veces, como a todos, las ausencias de los nuestros nos dejan su sombra.
Seguiremos mientras quieras constatando que a veces sí suceden ciertas cosas los domingos.

Un abrazo.

Єѕтnoм dijo...

Éste de hoy empieza engañando con un solecito que, en breve, se esconderá detras de esos nubarrones que ya van amontonándose para traernos, una vez más, esa melancólica tarde de domingo.
Quizás algún día sea distinto... y tenga razón Ybris... y hoy suceda algo.

irene dijo...

Si algo sucedió algún domingo, no debió ser muy importante, no lo recuerdo.
Veremos hoy qué pasa.
Terriblemente duro el domingo que describes.
Buen día.

Nikté dijo...

Ah, no, nada de que esto es un espacio literario donde no nos cuentas tu vida y bla bla. Ya lo confesaste,eres un extaterrestre Glup bip bip. Ahora no te vengas para atrás, sabemos que has llegado a nuestro planeta con el único fin de desparramar tus visceras para que sean recogidas en tarros de laboratorio por la N.A.S.A y así ser estudiadas por los mas prestigiosos ciéntificos con el fín de que los humanoides podamos conseguir la mutación necesaria para pasar un domingo sin misas parroquiales.

Eso con con uvas y queso

PD: Ahora iré y desataré a mi amante del cabecero de la cama, se me quedó dormido así.

Carmen dijo...

La tarde de este domingo, va a traerme, sin lugar a dudas, un reencuentro inaplazable por más tiempo con el pasado. Reencuentro con aquellos a los que aún quiero, pero ya no forman parte de mi vida.
Flecos que no pueden ni deben cortarse. Pero que se mecen levemente y arañan como alambres.
Todo sea por los hijos.
Siempre todo es por los hijos.
Aunque aún no lo sepan.

Belén dijo...

Me confieso... soy mirona y encima cobarde! porque apenas te comento jajajajajajajjaja

Besicos a ti y a tus vísceras

Ogigia dijo...

leyéndote, sin cansarme

Pedro M. Martínez dijo...

Domingo, dijeron que llovería, pues no, esta mañana me he tostado corriendo/caminando de acá para allá, Bilbao llena de personas sonrientes, haciendo deporte junto al Nervión, en Artxanda, paseando, disfrutando de la familia, del clima, de estar vivos, paz, tranquilidad, sonrisas, los problemas están pero el día invita a posponerlos, a cantar, a ser felices, todo muy lejos de lo que nos quieren hacer creer los que manipulan lo que hay que decir y cómo, los que nos quieren asustar con crisis (que la habrá, claro, con tanto ladrón de guante blanco no es extraño), los que nos quieren tener atemorizados, con miedo a todo, tú no, irene, que me borras y te (re) enganchas, que sí me importa lo que me cuentes, de noche o de día; ybris. que constato que me lees, de derecha a izquierda, por dentro y por fuera, que eres generoso y paciente, constante, que gracias y un abrazo; єѕтησм, aunque ahí termine lloviendo –os hace falta- seguro que el domingo será magnífico para ti, así lo deseo, bella (aunque has quitado tu foto): irene, que vuelves, mira tú, que el que describe ese domingo es Tove Ditlevsen y seguro que está siendo un buen domingo para ti, sí; Nikté que quede claro, no me retracto, soy un extraterrestre –llámame Travis- y no voy a concentraciones parroquiales, ni a verbenas de catequesis, ni a apoteosis de púlpito, pobre amante que se le habrán quedado las muñecas aleladas ¿cómo te tocará?; Carmen, Carmen, Carmen, los hijos lo saben, o no, yo qué me meto en camisa ajena, deseo que te vaya bien; Belén, pues gracias por mirar y comentar o callarte o lo que prefieras,; Ogigia, pues no te canses, bien, gracias, por todo. Un beso a todos, majos.

Dátil dijo...

...Como todo el mundo sabe, La Orden de los Caballeros de la Tabla Redonda es un temible lobby oculto.
El secreto del Teniente Colombo ha estado guardado en el Internette por este siniestro grupo durante varios siglos, aunque se puede descifrar en un desconocido lienzo de Leonardo da Vinci.

Un pastelero retirado, Glup (sisisi Te Quiero bien), lo ha encontrado de pura suerte, cuando estaba viendo por la tele un programa de tarot.

Estalla una violenta situación en Internette, agravada por la complicada situación de la más asentada base de la Astrofísica, que se tambalea en una violenta lucha a vida o muerte pero,

tu no te preocupes hombre, yo ya se que todo *ésto es mentira.

(bueno todo, todo no. El Te Quiero, es de verdad)

Y un montón y bien, sobre todo Te Quiero Bien.

;P

gaia07 dijo...

¿Voyeur? Jeje ¿Quieres decir que te desnudas en tus escritos, o lo dices por los textos eróticos que intercalas de vez en cuando? ¿Seguro que lo que cuentas no son tus experiencias? Seguro que algo de ellas hay en ellos.
Besos de los grandes.

Marina Culubret Alsina dijo...

Sé que hoy es domingo, y sin embargo, mientras leía el poema resonaba, a contratiempo, en mi cabeza, la voz de Vinicius entonando a coro "Hoy es sábado".

Y sé que la tinta es ficción, y por eso me gusta, porque las resonancias me gustan, el eco que se desprende y que no se puede tocar con las manos.

Saludos,
:-)

Anónimo dijo...

Sigues siendo, eres, el mejor.
un beso tras los cristales...

Anónimo dijo...

Por cierto,no sé si la lees, pero, si te ape...lee a marina, es especial( y nació el mismo día que yo sólo que es más joven, y aunque ambas somos profes de música ella es muchíisiiimooooo mejor, me ha gustado verla aquí no sabía que te leyera.
Dije un beso??? que sean dos...
Blog de Marina:
http://blogs.ya.com/adlibitum/

Pedro M. Martínez dijo...

Coblenza, tu nombre me sabe a yerba, poco antes que den las diez, porque te quiero a ti porque te quiero, Penélope, cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras y en la penumbra vaga de tu pequeña alcoba donde una tibia tarde me acariciabas toda y sé que estoy ligado a ti más fuerte que la hieedra , turuá turuá.
Los besos.

Pedro M. Martínez dijo...

La interpretación la pones tú gaia07, aunque debo decirte que mis experiencias eróticas son nulas en este monasterio de rezos y fervor, en este retiro desde el que se ve un mar de trigo y silencio solo mecido por el viento.
Escribir desnudo es un sano ejercicio, puedes enseñar los pulmones, los intestinos, el bazo, el alma, las muelas, todo eso.
Beso especial.

Pedro M. Martínez dijo...

Cómo puede una niña como tú, querida marina, conocer a Vinicius (de Moraes. Es que ahora hay un montón de Vinicius que cantan). Esa canción me impactó en su momento, bueno, esa y todas las que cantaba con Toquinho, con Maria Creuza (era yo tan niño), tan llena de pudor que vive desnuda, eran otros tiempos que nos han traído a estos. Saludos con las dos manos al aire.

Pedro M. Martínez dijo...

hechi, quita los cristales, anda.
Y sí, leo a Marina, tiene un blog delicado, con mucho gusto y sensibilidad.
También te leo a ti, Hechicera de la luna, eres un clásico de la red.

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