10 €
10€.- Las calles están llenas de ojos,
ojos que miran, ojos que no miran, caminamos entre ojos. A la altura de Olabeaga,
sobre la Ría, vuelan pájaros de cristal y plumas metálicas, golondrinas
mecánicas, gorriones que desafían a los turistas nórdicos, gaviotas de madera
que ríen sobre los cadáveres de los remolcadores.
Fue
doloroso descubrirme como terapia, no como amante.
También cuando llegué a la conclusión de que ella buscaba un orgasmo, no un hombre a quién amar.
Hay años bisiestos que no está uno para nada.
Y jode, la verdad, mucho.
2 comments :
Qué bien escribes, me gusta leerte.
¡Tracy!, muchísimas gracias. No sabes cómo te lo agradezco. Un abrazo.
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