Invención.
Aburrimiento. Fue por eso. La inventé. Día a día. Dejándolo en escritos. Sencillos al principio. Rebuscados después, intensos, retorcidos. El amor. Ella. Mi dolor. La ausencia. Me lo creí. Veía su rostro. Tocaba su piel. Llenaba mis noches. La mujer inalcanzable. Me acostumbré a sufrir. No fue algo previsto, no. La llené de virtudes. Me perseguía su mirada cuando caminaba entre las calles de mi Bilbao oscuro. Su voz también inventada. Una presunta ternura. Mi necesidad de creer en alguien. La soledad, quizás. Hambre de verdades. Por eso creé una mentira. Le contaba mis cuitas, los problemas, hacía planes, le enviaba mensajes. No existe y lo sé, pero existe. Escribo y escribo, sobre nadie. Absurdo, cruel, doloroso, tan patético. No sé cómo he llegado tan lejos. No sé regresar. Quiero ser como antes. Tanteo en la oscuridad. Perdido. Quiero, necesito volver
2 comments :
¡Qué preciosidad de imagen! pura fragilidad hermosa!
Y no, para nada es cruel y menos patético tu invento. ¿ No existen los amigos imaginarios? esto es muchísimo mejor! te llena de belleza interior e ilusión, lo que tanta falta nos hace y además lo escribes taaan bonito que como para no enamorarse ; )
Un abrazo y mil gracias!
María tú sabes que escribir es inventar, imaginar, contar la realidad puede ser demasiado aburrido. En mi caso contar mi realidad sería un tanto peligroso (para mi integridad física). Pero incluso esto también es (o puede ser) inventado porque, querida mía, esto es un blog que es un medio de comunicación en desuso, una reliquia, un rescoldo, una antigualla para nostálgicos. Pero lo bien que lo pasamos ¿qué? Un abrazo muy grande.
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