Poetas (5)
Al atardecer entró la niebla y
el perdón y eso fue lo peor, los mirlos se enredaban en los alambres de tender
las pasiones y las muchachas nerviosas
buscaban a los poetas en miradas que metamorfoseaban lo inexistente con el
futuro. No había forma de arreglarse con ellas en lo real, en la ausencia de
ternura, en el sexo a deshoras.
Justo
a la vuelta, un menú del día muy digno.
17 comments :
me gusta lo que has escrito
Un abrazo
RECOMENZAR pues me alegra mucho, gracias mil. Abrazos.
Los mirlos se enteraban en los alambres de tender las pasiones...me encanta...
Lo del menú del día tsmbien me gusta.
Beso mañanero.
Enteraban, no. Enredaban joer.
Moony-A media luz pues me alegro mucho. Mucho. Beso de media tarde.
Me ha encantado. Estos poetas tuyos merecen papel.
Lectora, como mucho de envolver. Muchas gracias, es un gran halago. Pero puedo decirte mil inconvenientes en publicar en papel. Mi cuota de ego la tengo cubierta y la de sueños pendientes…esta no, pero entre ellos no está publicar. Soy un tipo serio. Muchas gracias, otra vez
Me parece que no necesitas la opinión de otros sobre tus escritos. Tienes la tuya propia y haces bien.Nadie más que tú conoce lo querías escribir y cómo lo has hecho. Seguir comentando no tendría sentido. Seguir leyendo sí. Sigue hasta que deje de tener sentido para ti.
Saludos
hombre, el buscar algo siempre te pone nerviosa y si es un poeta el que se ha perdido,,, ni te cuento lo nerviosa que te pones.
Lectora, siempre se necesita la opinión de los otros. Leo opiniones por ahí para todos los gustos. En general muy elogiosas. Leo el texto elogiado y algo pasa al sur de California o yo he perdido el gusto (debe ser por la mascarilla). Llevo aquí ni sé el tiempo, contra viento y marea y con el permiso de mister blogger y de todos ustedes voy a continuar. Saludos muy cordiales.
Sí señora,Tracy, hombre y muy hombre, aunque en los últimos tiempos está desprestigiado ser hombre, hay que ser, yo qué sé, una vaca, una cosa amorfa, un algo, como soy hombre desde pequeño me parece lo normal, que viene de norma, hay otras normas, algunas respetables, según quién las ponga, hay políticos que ponen normas que solo les benefician a ellos, eso, ya ves, es normal, lo mismo que ponerse de los nervios buscando un poeta, hay pocos y si encima uno se te pierde pues tenemos dos problemas, como mínimo. Un inciso. Un día encontré un poeta, José Ángel Valente, decía cosas como:
.
Mandorla
.
Estás oscura en tu concavidad
y en tu secreta sombra contenida,
inscrita en ti.
.
Acaricié tu sangre.
.
Me entraste al fondo de tu noche ebrio
de claridad.
.
Y te quedas que sí, que no, que la poesía es un don y el resto son intentos desesperados en la oscuridad del no. Por eso si se te pierde un poeta no le busques, ya no sirve de nada, has perdido el momento, el instante de fortuna, ponte nerviosa hasta la lágrima porque ya nada, nunca, será como antes ¿recuerdas? Cuando íbamos a cara descubierta y se nos veía la sonrisa. Buenas noches. Mañana más. (si nos dejan los poetas)
Como último comentario. Cuando empecé a leerte ( siempre he odiado eso de “te leo”) mi primera impresión fue “vaya, aquí hay un tipo que sabe lo que hace”. No solo tiene destreza, tiene arte. Entonces seguí leyendo, unos textos me parecían geniales, con otros tenía la sensación de que habías llenado un cubilete con bonitas, rebuscadas palabras y las habías lanzado sobre la mesa. Era un bonito bodegón pero nada más. En cambio leí otros en los que, además, construías una historia. Por corta que fuera me encantaron. Pensé si yo publicaría algo así, en papel, ya sabes, y la respuesta es clara, sí. Este es tu terreno, te desenvuelves bien aquí pero publicar cada día quizá no favorezca tu trabajo. Pero esto es solo una idea. Por favor toma este comentario como algo constructivo y con todos mis deseos de que cada vez seas más feliz escribiendo.
Lectora, como escaladora, o cocinera, o arquitecta, o yo qué sé. Vamos a ver, alguien que escribe no puede ser feliz, para escribir (bien) hay que estar atormentado, infeliz, rabioso, hambriento, mal, de ahí sale el ingenio, el arte, la necesidad de que te escuchen, de que sepan. Con el estómago lleno y calorcito no salen más que juegos de niños satisfechos, fuegos artificiales (a mi tío Luis le daban miedo los fuegos artificiales, el ruido, qué cosas). Lo del libro. He participado en varios libros, en mi descargo debo decir que muchos me animaron a ello, en mi vergüenza añado que la vanidad puso su parte. De uno de ellos estaba bastante satisfecho e invité a varios amigos, parejas, a cenar. Les di un libro con una dedicatoria personalizada que me costó un montón porque, la verdad, no me inspiraban nada. A los postres uno de mis “amigos” (que era presentador de noticiarios en una televisión local) se levantó y empezó a leer uno de mis poemas. A la tercera línea ya estaban todos hablando, a su bola, pasando del poema, de mi cara y demostrando una falta de educación y de interés, pasmosa. Puedo contarte más historias para no dormir de mis libros en papel, de la pasta que me costaron, de la absoluta falta de respuesta que tuvieron (ni una sola respuesta, crítica, algo). Que conste que mi desilusión es por ellos, pobres, por su falta absoluta de sensibilidad y en muchos casos de una elemental educación. Y luego sigo que tengo que vivir. Saludos agradecidos.
Me parece que no me he explicado bien. Respecto a los autores atormentados tendría mucho que decir pero yo también tengo que vivir. Te deseo un buen camino, el que tú elijas te haga feliz o te atormente. O a días alternos.
Buena suerte en todos y cada uno de ellos. Sólo añadir que “merece papel” era un elogio no una indicación.
Lectora te has explicado perfectamente. Muchas gracias. Pero por tu respuesta me parece que el que no se ha explicado ni medio bien soy yo, que a veces no sé armonizar la sonrisa con la que escribo con lo que digo y quedo como un capullo. En fin.
Otro día seguimos discutiendo eso de los atormentados. Saludos.
Gracias por tu respuesta , me gustó mucho.
Tracy, gracias a ti por seguir viniendo a pesar de las respuestas.
Que tengas un magnífico domingo cordobés.
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