Los andares del alquimista
Alfredo Carrión- Los andares del alquimista (1976)
Hacia 1976, el vacilante
progresivo español engendrará varias rarezas sinfónicas de grato recuerdo.
Coronado el rey, se coronó su pueblo. Hoy nos concierne un Alquimista que, tras
haber experimentado largo y tendido en la orquestación de Ciclos de los
Canarios (1974) o La huerta atómica de Miguel Ríos (1976), sintetizó su Piedra
Filosofal de una sola vez y, como buen Alquimista de éxito, jamás volvió a
pisar el laboratorio. Alternando la vía seca de los tres y la húmeda de los
dieciséis minutos, nos deleita Alfredo Carrión en Los andares del alquimista
con una pomposidad y unas ínfulas sinfónicas sin precedentes. La suite que
cierra telón, “Los andares del alquimista (Soledades compartidas)”, oscila
entre la obertura filarmónica, el bolero, el pasodoble, la ópera y coros yeyés
que repiten:
Esclarecen esta petición de libertad y tolerancia unas declaraciones de 1976 -dignas de Gentle Giant- de quien acabaría trabajando como director del Departamento Dramático de la Sociedad General de Autores: Don Alfredo. “Mi preocupación en este disco ha sido dirigirme a una mayoría pero sin concesiones baratas. He aceptado por principio los elementos retóricos propios del "pop", pero he tratado de expresarme yo a través de ellos con toda sinceridad. La dosis de originalidad que pueda haber en este disco no ha sido buscada en sí misma, sino como el único medio que he encontrado para expresarme con autenticidad. En el "pop" la música suele ser a menudo un mero pretexto para ambientar o acompañar el texto, pues bien, las canciones de este disco han sido estructuradas primero musicalmente, sin texto alguno de soporte, una vez terminadas completamente he buscado quien las pusiera letras. Estas, que una vez seleccionadas y adaptadas me han parecido hermosísimas, han sido una preocupación secundaria" Otra cosa, mi música es genuinamente española, por la armonía, por las cadencias y por el sesgo melódico de la mayoría de sus temas. Eso sí, no es la música española tópica, ni siquiera la más conocida. No he querido con este disco hacer una obra culta ni pedante. En rigor desconozco fundamentalmente el alcance de lo hecho, sólo sé que tenía necesidad de hacerlo. De su incidencia en el medio espero aprender para una buena empresa." ¡Ole sus huevos! Entreverando Teddy Bautista y el Llibre vermell de Montserrat, Carrión elevó a la quinta potencia el engreimiento del rock español. No sentó una escuela de pretensiones, pero al menos legó un notable precedente para quien se atreviera a superarlo. Aunque no se sabe de nadie que aceptara el reto. Décadas después, el compositor recordaba esos tiempos mágicos: “Fueron años de eclosión creativa, aunque éramos tan sofisticados que casi nadie comprendía nada…”. Todavía, amigo, sois el top.
ÓSCAR CARRERA
26 de mayo de 2018
4 comments :
Hermosa y extraña composición de la que nunca había oído hablar.
Gracias por darla a conocer, por lo menos a mi.
Feliz domingo
Moony-A media luz compré este disco hace ni sé los años y lo tengo entre otros muchos (muchos).
Hace poco leí una crítica poniéndolo como obra maestra y una pieza curiosa (además para aquellos años). Lo escuché en casa (mientras me tomaba un vermut) y me pareció buenísimo.
Cuantos discos tendré que son magníficos y yo aquí, a lo tonto, escribiendo biberías.
Feliz lunes (creo que ya te lo he dicho antes)
En aquellos tiempos, salían hasta de las alcantarillas autores y creadores con principios...
y los más cayeron en un olvido inexplicable...
Me hiciste pensar en Remedios Varo, a quien le guardo un cariño indescriptible también, por mi padre.
https://culturainquieta.com/es/arte/pintura/item/16562-remedios-varo-pintora-visionaria-surrealista-y-olvidada.html
LA ZARZAMORA , es cierto, señora mayor (“en aquellos tiempos”, jeje), entonces había muchos creadores pero, por suerte, ahora hay muchísimos mas, tantos que no podemos asimilarlos. Hay creadores a montones. Un beso de creador
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