Resplandor
Cuando ella habla, su voz placentera se posa en las grietas de todo aquello que he sido, que no seré, que me duele entre un olor de cuerpos sobre sábanas suspendidas en habitaciones oscuras, de latidos de corazones de golondrinas, de briznas de nombres que en sus bolsillos traen otros nombres y estos a su vez traen otros nombres hasta que así, entre todos, me arrinconan al extremo de esta pasarela sobre un vacío ebrio, allá en la intimidad que preserva un dorado sello del silencio.
Poesía detrás de una cortina de terciopelo verde con ribetes, con un mínimo agujero en una esquina desde donde mirar quién viene, quién vuelve, quién se ha ido para siempre.
De ahí llegaba el resplandor.
2 comments :
Muy buena entrada, un texto que me encantó a pesar de ser una prosa está lleno de poesía.
Besos al alma.
Muchas gracias, Paula.
Ocurre que hay muchas poesías que son solo prosa pautada al azar.
Pero el que sabe/siente se da cuenta enseguida.
Y es que (buenos) poetas hay pocos.
Besos.
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