YO, artista
Este
encierro forzoso, como la marea baja, está dejando al aire ciertas singularidades.
Está tan claro que tampoco quiero extenderme, no vaya a ser que me salga del
margen y patine en el verdín. Alguna cosa, no por sabida, me está quedando aún
más clara, hay ombligos tan grandes como
los agujeros negros del Universo, se comen al propio individuo, le suplantan.
Las redes, la televisión, se llenan de Artistas que reclaman su condición,
cantantes, yo, bailarines, yo, actores, yo,
escritores, yo, poetas, yo, presentadores de televisión, yo,
submarinistas, yo, cocineros, yo, escultores, yo, pintores, yo, rapsodas, yo, filatélicos,
yo, dibujantes, yo, fotógrafos, yo.
Oiga, perdone, que yo soy artista, YO. Ahora muchos se han vuelto solidarios,
colegas, reparten al aire su arte, sus raciones, sus gracias, su ingenio, que
se sepa, YO, nos invitan a escucharles, verles, aplaudirles, admirarles, degustarles,
yo, y tú. Tienen el don.
El
mundo se ha parado, el país está paralizado, este, los otros, casi todos, nos
hemos pasado de frenada, se nos ha ido la mano. Aquí, cada uno en nuestra
esquina, mal informados, solos, preocupados, con miedo, atemorizados, tampoco
somos tan diferentes, hacemos lo que podemos, nos preocupamos por los otros,
nos cantamos, bajito, nos escribimos, como sabemos, nos animamos, somos
artistas de nuestra casa, nosotros, bajamos temblando a por el pan, la leche, huevos,
a tirar la basura, nosotros, hablamos por teléfono con este y con aquel,
nosotros, no se entera nadie, se nos ha quedado el yo pequeñito y es que,
claro, no somos artistas. Nosotros.
4 comments :
Hace mucho tiempo, mucho, cuando una gran tormenta me atravesó y partió en dos un rayo, que comprendí con quien mediría mi ombligo en adelante.
Tú estuviste ahí, a mi lado, aguantando a mi tigre de Pi, a las buenas, a las malas y a las peores.
Me regalaste y sin pedírtelo siquiera una parte de tu YO, que muchos quisieran haber tenido la suerte de compartir.
No vi tu ombligo en ninguna ocasión...
Sólo vi y leí tu mirada, la caricia y el cariño del gran ser humano que eres...
Me hiciste sonreír cuando sólo era lágrimas anegada en un mar profundo de yenesékuá...
Te admiro, por lo que eres, por lo que escribes, por ser vida y defenderla, por ser TÜ, caballero.
Todos mis respetos.
Mil cariños, ojitos mentolados.
LA ZARZAMORA, ya que estamos, hace mucho tiempo, cuando esto de los blogs era cosa de zumbados (como ahora) me llamó la atención lo que escribías, cómo lo escribías y eso fue hasta que supe quién lo escribía. Me enamoraste de lejos (ay, qué hubiera sido de cerca), tanto que ensayé un viaje a París (esto no lo sabías) y de la mujer pasé al ser humano y te visité por dentro, tan dentro que te supe y aun te quise más, de persona a persona, sin tonterías ni disimulos, con sinceridad y de frente. Eres mucho, Eva, mucha mujer, mucha, tanto que me quité el sombrero para que vieses bien lo que había aquí dentro, también me quité la camisa y te dejé el corazón encima de un plato, esto es lo que había, esto es lo que hay y en este mundo del aire, tan lleno de postureo, exageraciones y mentiras, tú eras/eres la verdad y he llorado leyendo tu vida, tus días, tu dolor y me he alegrado con tus alegrías. Y paro porque con esto del encierro estoy demasiado sensible y tampoco es cosa de ponerse en el borde. No solo te mando mi respeto, que es total, también te mando toda mi admiración y mi cariño incondicional. Y ya ¿ves? , los señores mayores con esto de la perdida de testosterona nos ponemos imposibles. ¿tienes un pañuelo? Un beso sin mascarilla.
El mundo se paró y yo salí a buscarte.
Sería el instinto de sentirme protegida y a buen recaudo.
Aquí me siento cómoda, nostálgica y como en casa.
Fueron muchos años en los que eras parte de mi rutina diaria, de (puto) lunes a (puto) domingo, me apasionaban tus escritos, tus imágenes, tu música, la gente que comentaba...
Llegamos a ser una gran familia.
Me incitaste a empezar a escribir y aún no he aprendido, pero cuando veo que me lees, me siento importante.
Gracias por tantos recuerdos y por seguir escribiendo y por ser el pilar de una de las mejores épocas de mi vida
Mil besos te debo.
EstnoM, escribir es una actividad solitaria, romántica, liberadora y para algunos necesaria. Compartir lo que escribes cuando no te lee nadie es absurdo pero ni una sola vez he pensado en abandonar esta esquina. Muchas veces me he preguntado por qué sigo. Luego llega un comentario como el tuyo y sé por qué sigo. Muchas gracias. Llega en un momento en el que este encierro forzoso nos llena de preguntas y de miedo, nos hace replantearnos tantas cosas, eso elemental de quién soy, de dónde vengo y, sobre todo, adonde voy. Está claro dónde vamos, pero que nos esperen que tenemos mucho por hacer. Hubo un tiempo en el que este blog me ayudó a conocer a personas importantes en mi vida. Me refiero a conocerlas personalmente. Nunca he sido cobarde para salir de mi círculo, al contrario, eso me ha permitido tener la fortuna de disfrutar de amistades sinceras y para siempre. Este es un regalo que todavía me ocurre. Volviendo a tu puto lunes (je) me dejas sorprendido, sonriente, agradecido, animado, emocionado y justo en ese punto entre el abrazo (virtual y virtuoso) y la lágrima. Esas cosas no me las dices tú en la calle (je). Solo me sorprende eso que dices de que te incité a escribir, no me lo creo mucho, seguro que se lo dices a todos, pero no deja, en la parte que me toque, de llenarme de orgullo (y satisfacción). Muchos besos, moito agradecido, mis respetos, mis reverencias y, por cierto, vaya día me estáis dando entre la Zarzamora y tú, a ver ahora quién me consuela, que uno no está ya para tantas emociones seguidas. (Suspiros)
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