La pandemia.

Hulton-Deutsch Collection. Couple Wearing Masks. London. 1954

La pandemia. 

Los hospitales están llenos de personas enfermas, no son un número, son nuestros vecinos, nuestros amigos, o desconocidos,  tienen un nombre, una familia, una historia, exactamente igual que nosotros.

Por desgracia han muerto muchas personas, muchas, van a seguir muriendo más. No sé si somos conscientes de  esto en profundidad, miles de mujeres y hombres muertos. Nos aterra.

Los que tenemos la suerte de seguir sanos llevamos casi un mes encerrados, unos confortablemente, otros menos y muchos en un verdadero suplicio, pasándolo muy mal. Seguimos aquí.

No sabemos cuánto durará esto, creo que nadie lo sabe con certeza. Tantos días de incertidumbre empiezan a pasar factura. Nos irritan los que no cumplen el confinamiento, nos indigna la actitud de algunos políticos, nos da miedo el día después. Aguantamos.

No sé si tenemos en cuenta que nacer tiene el 100% de seguridad de morir. Como seguro que esto no entra en nuestras prioridades actuales  y el confinamiento puede ir para largo propongo que nos miremos al espejo y sepamos que ese/esa que vemos es todo lo que tenemos, que nos visualicemos. Sin maquillar, sin afeitar, sin peinar, en pijama, naturales, no hay que aparentar nada, esto es lo que hay. A partir de aquí que nos cuidemos y nos queramos, mucho, con dedicación, con mimo, sin desmayo. Por extensión que cuidemos a los demás, sobre todo a los que lo están pasando peor, sin timidez ni egoísmo, una llamada, escuchar una voz puede ser un tesoro. Al lío.

Saldremos de esta, pronto, muy pronto y nos abrazaremos  todos, vamos a llorar de alegría con cada abrazo, seguro. Hasta entonces, día a día, ánimo.