Intento 1,7.
Quizás
entonces no nos pusimos de acuerdo pero lo intentamos.
Hablábamos,
mucho, nos decíamos, incluso pudiera ser que nos escucháramos más allá de
nuestro propio eco. Pero un día nos encontramos los pulsos -ay amiga- y la
oscuridad de su cuerpo dormido se convirtió en fulgor.
Me
quemé, torpe de mí.
2 comments :
Tú eres de los que renaces de las cenizas.
Sí, sí.
Virgi, no creas, la procesión y el incendio van por dentro.
Si fuese del naufragio quizás.
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