Txikiteros.
A raíz de la
aparición de videoclip de Curruscu para Yellow Big Machine no han sido pocas
las personas que se han dirigido a este cronista para preguntarle qué es eso de
los txikiteros.
Para aclararlo
de una vez por todas y despegar dudas expongo lo siguiente.
El txikiteo es una costumbre típica vasca de relación cívica, una forma de garantizar la pervivencia de la solidaridad y la cohesión social, un acto voluntario que comporta variados beneficios morales tanto para la persona como para la colectividad.
Es un rito que
consiste básicamente en recorrer en cuadrilla los bares de la localidad y
mientras se saborean los ricos caldos riojanos se comparten conversaciones,
experiencias, emociones dentro de un caluroso clima de amistad y compañerismo.
En clara contraposición
a un determinado modelo de sociedad individualista que desde fuera se nos
pretende imponer, que nos intenta atemorizar con imaginarios peligros y
catástrofes, que nos anima a quedarnos en nuestra casa frente a una pantalla,
ya sea del televisor o del ordenador, el txikiteo contrapone los beneficios
personales, psicológicos, emocionales y sociales que comporta la costumbre de
salir a la calle para tomar unos vinos con los amigos, para hacer nuevas
amistades, en definitiva para compartir nuestra vida con otras personas, con
los Otros.
Los txikiteros
de antes estaban uniformados, gabardina larga y boina en invierno, camisa
blanca, pantalón de mil rayas y boina en verano. Una buena cuadrilla de
txikiteros era respetuosa con las damas, tanto que era imposible que una mujer
se integrase en una de ellas. Las mujeres en general eran las madres, las
hermanas, la propia y las hijas. La propia tenía una paciencia digna del santo
Job. Las madres cuidaban a sus hijos solteros hasta avanzadas edades (frisando
los 60 o 70 años de los niños), siempre tenían las camisas planchadas y una
cazuela de bacalao al pil pil lista para comer. El resto del mundo femenino no
existía, como mucho la panadera, la señorita de la ventanilla de la caja de
ahorros, la vecina del segundo que en otros tiempos fue al mismo colegio y no
más.
A pesar de mi
integración en la sociedad bilbaina siempre me he sentido ajeno a este mundo
del txikiteo. Aun respetando las tradiciones, me parecía alienante, antiguo, de
otro tiempo. Sobre todo porque mi afición al vino era nula y mi afición a
relacionarme con damas, intensa. Con el tiempo me doy cuenta que posiblemente,
como en tantas otras cuestiones, estaba equivocado.
Pues bien,
quiero anunciar en este foro de comunicación varias cosas:
Me he comprado
una boina.
Me he integrado
en la cuadrilla de mi barrio.
He cambiado el
sillón por el txikiteo.
Me tomo entre
14 a 15 txikitos cada día.
Mari Sol me ha
dejado por un tal Juantxu.
Este era mi
destino
No sé en
qué orden.
Eup.
3 comments :
Escrito definido impecable. Está claro escribir es lo tuyo también. Como eres hiperactivlo, harás todo.
Por cierto una observación: Tú boina impecable y las de los amigos se sientan en ellas? Ponlos a filas que el porte debe estar en la tradición. ☺
Se nota que tu boina es nueva...
Y a Txikitear!!
Besos, guapoooooooooo!!!
:))
Compruebo (no sin asombro) ( haciendo hooooooo para mis adentros) que también sucumbiste a la tentación del palo-selfie 😉. Gracias por hacernos partícipes de las/tus tradiciones y con el/tu humor marca de la casa.
Con tanto txiquito la que te veo doble soy yo, aviso.
Besets!
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