Minotauros en la isla Reunión (VI)
Me acodé en la barra de
la cafetería, la camarera me hablaba con desagradable familiaridad, “me
recuerdas a mi padre” -decía. Entonces vi a una señorita de melena
rubia sentada en un sofá con gesto abstraído. Sus pantalones cortísimos no me
impidieron fijarme en la pantalla del iPad sin cables que llevaba a pocos
centímetros de la cabeza. Dentro se veía al Minotauro de Picasso que hociqueaba
entre las piernas de una bella mujer que ondulaba sus caderas como una marea de
peces tropicales. La escena era de una crudeza inusual ya que ella gritaba como
si la estuvieran martirizando. Después una toma corta mostraba su rostro
contraído en el momento del orgasmo. Gemía. Se repetían una y otra vez, los
orgasmos. El Minotauro de Picasso bramaba fuera de plano. Sin embargo la chica
de los pantalones cortísimos parecía estar en otra cosa.
Pensé en cómo podíamos
vivir antes de esta vaina, diferente, ahora todo es diferente. Liberan a un
pobre hombre secuestrado y alucina con el cambio tecnológico. Exacto, “es
la tecnología, idiota –me dije- eso es, otro invento de Apple”.
Me fui, volví la mirada
y en la cabeza de la chica de melena rubia ya no había iPad. La camarera, tan
simpática, me despidió con un “adiós, precioso, me recuerdas a mi abuelo”
Sobre la cafetera, un hombrecillo con un ridículo sombrero negro repetía “aún
no es tarde, aún no es tarde”, y nadie reparaba en su monólogo.
La isla Reunión es un
atardecer con hogueras en el horizonte y gusto a genciana. Los alfareros buscan
en el muérdago remedios para las piernas quemadas, para fortalecer las encías,
para mejor escuchar el sonido milagroso de una campana.
Por el paisaje marrón y
negro se filtran los silbidos y las noticias. Se sabe que vendrán los
vencedores aunque los puertos siguen vacíos. Se sabe que los lobos se han
comido las estrellas. Se sabe que en la bodega hay un niño enterrado.
3 comments :
Lo último de este escrito son letras de obra maestra. Baje a Valencia y me vuelvo mañana. Aquí sin problema de wifi. Me acuesto a dormir y tengo una mujercilla con las piernas cruzadas en la almuada y brazos cruzados detrás de su cadena me dice: pues no te queda naa, pues no te queda naa!, como burlándose. Crees que podíamos presentar a este par de !?!?!. Que serán? Presentimientos creo. Porque yo no fumo maría ni nada de nada jajaja. Todo esto es para hacerte reír maestro. Buenas noche.
* erreta ( almohada)
* cadena ( cabeza)
Sólo tenemos que afilar el dedo y con un simple click nos enteramos de aquello que nos gustaría ignorar con la vana esperanza de que ojos que no ven corazón que no siente.
Vivímos ávidos de curiosidad, devoramos información, nos abduce, nos engulle hacia un agujero negro y vamos de link en link. Insaciables, siempre queremos más y más. Y se nos amontonan las ideas en la mesita de noche sin saber qué hacer con todo aquello que ignorábamos hace apenas un instantes. Espiral de noticias, de información que nos marea y nos aturde. Y la almohada se tiñe de sangre inocente de desconocidos que los sentimos nuestros porque viven en el otro lado de la ventana. Y las sábanas se arrugan con pensamientos desordenados, que se ovillan en nuestro juicio ya contaminado. Y cerramos los ojos y creamos tormentas artificiales carentes de rayos de esperanza. Y aunque apaguemos el artilugio infernal que nos convirtió en menos sabios, en más ignorantes, nuestra mente es incapaz de hacer off. Teniendo la seguridad de que en cuanto abramos los ojos después de un sueño, a menudo nada reparador, de nuevo nuestro dedo, con síndrome de abstinencia, irá en busca del ON y nos adentraremos, otra vez, en el laberinto de Creta sin oráculo que nos guíe.
Besets!
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