Knut Hamsun
En
esta parte del olvido, en una parcela sin preguntas, en un reino sin fronteras,
estamos sin estar, somos sin ser. Las viejas vírgenes elogian a partes iguales
la castidad y la importancia de la ignorancia. Dejan simientes de alegría y
estudian farragosos tratados sobre su naufragio. Sin saberlo siguen la senda de
Knut Hamsun, su resignación melancólica relacionada con la pérdida de la
juventud. Las miro sintiéndome al otro lado del mundo. No me identifico
como de la misma especie. Soy un vegetal, ese brote verde a los pies del volcán
tú lees, con paciencia de penitente, esta mezcla de vaya usted a saber y mi
pecho de cristal. Pues eso, digamos que esta es la urdimbre, el resto se va
incrustando solo. Algo así.
Knut Hamsun (1859-1952), a quién se conoció a raíz de su obra Sult (hambre), una novela autobiográfica que marca el comienzo del neo-romanticismo en Noruega, recibió el premio Nobel en 1920 por su obra Markens Grøde ( el crecimiento de la tierra) publicada en 1917. El trabajo de Hamsun se encuentra marcado por una profunda animadversión a la civilización y a la creencia de que la única realización del hombre reside en la tierra. Este primitivismo (y por tanto esta falta de confianza por todo lo moderno) llega a su mayor exponente en la obra Markens Grøde, considerada como su obra maestra. Sus primeros trabajos se centran en un desterrado, una figura vagabunda que se opone violentamente a la civilización. Durante su periodo intermedio la agresividad de Hamsun da paso a una resignación melancólica relacionada con la pérdida de la juventud. El trabajo de Knut Hamsun, que escribió más de cuarenta libros, algunos de los cuales son considerados como clásicos, se contempla como uno de los más importantes de la literatura noruega y mantiene su vigencia, ya que hoy en día sigue siendo uno de los autores de ficción más traducidos.
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