Parusía.
Ahora que ya no soy más joven
Ahora que ya remonto la mitad del camino de mi vida,
Ahora que ya remonto la mitad del camino de mi vida,
yo que siempre me
apené de las gentes mayores,
yo, que soy eterna pues he muerto cien veces, de tedio, de agonía,
y que alargo mis brazos al sol en las mañanas y me arrullo
en las noches y me canto canciones para espantar el miedo,
¿qué haré con esta sombra que comienza a vestirme
y a despojarme sin remordimientos?
¿Qué haré con el confuso y turbio río que no encuentra su mar,
con tanto día y tanto aniversario, con tanta juventud a las espaldas,
si aún no he nacido, si aún hoy me cabe
un mundo entero en el costado izquierdo?
¿Qué hacer ahora que ya no soy más joven
si todavía no te he conocido?"
Piedad Bonnett
yo, que soy eterna pues he muerto cien veces, de tedio, de agonía,
y que alargo mis brazos al sol en las mañanas y me arrullo
en las noches y me canto canciones para espantar el miedo,
¿qué haré con esta sombra que comienza a vestirme
y a despojarme sin remordimientos?
¿Qué haré con el confuso y turbio río que no encuentra su mar,
con tanto día y tanto aniversario, con tanta juventud a las espaldas,
si aún no he nacido, si aún hoy me cabe
un mundo entero en el costado izquierdo?
¿Qué hacer ahora que ya no soy más joven
si todavía no te he conocido?"
Piedad Bonnett
Durante mucho tiempo hice lo que debía, con disciplina, era lo que era, no sé si fui afortunado o estúpido. Ahora, dentro de lo que puedo, intento hacer lo que quiero, aprendo en el ocio y en la contemplación, en el intercambio y el diálogo, en la escucha atenta de la naturaleza. Por ejemplo.
Un momento, mi psiquiatra (que no era mío/a) decía que lo absurdo lo dominaba bien (yo) y que me dejase de malabarismos ideológicos y filosofía de manual, que me centrase en el surrealismo. Pues bien, aunque he dejado las sesiones voy a seguir sus sugerencias, que no consejos, que me leía en la forma y el fondo le parecía bah, un porqué mal puesto, o un acento, las comas, un/a pelma, ciego/a, sin sentido del humor (tampoco me extraña, vaya trabajo, tampoco le falta, está el personal muy necesitado de que le escuchen y le digan y le salven). Por eso necesitamos la parusía.
Y la memoria, que encuentro esta joya de hace 50 años (usted no había nacido, ni usted, ni usted, ni yo). Gillian Hills canta C'est bien mieux comme ça junto a Eddy Mitchell and Les Chaussettes Noirs en la película Les Parisiennes (1962):
También esta mágica escena de “La
ragazza con la valigia”, una magnífica película de obligada visión entre otras
cosas por la deslumbrante belleza de Claudia Cardinale (ay, como baja por esas
escaleras mientras suena el Aida de Verdi). Lástima que al ser de 1961 ni usted
ni yo la hayamos visto, no habíamos nacido.
Perdonen la interrupción, estábamos en lo del surrealismo, sí, que me veo vestido de reno o de Santa (Claus) tocando la campana frente a Macy´s, sacando unos dólares para el pasaje de vuelta, Ticket to ride cantaban unos Beatles en la nieve
como quizás nieve este sábado en NYC (llego por la noche) y me pierda en ese Manhattan post huracán, pre Navidad, siempre con gente y gente por sus calles iluminadas, búsquenme allí.
Lo sé, debo escribir con más sentido, no me sale, ya ven.
4 comments :
Y yo que creía ser de la época de ese Album de Help, que aún navega por algún lugar de mi caos particular. Aissss
Pero supongo que si puedo dar razón de todo lo demás... y así es... eso me convierte en la lectora más anciana del lugar :( jo!
En fin! con disciplina o sin ella, de reno o Santa Claus, viaja por tu surrealismo o por donde tú quieras, pero casi mejor no te centres en nada concreto demasiado tiempo, que no sobra y es muy aburrido. Eso sí, "del derecho o del revés, uno sólo es el que es, y anda siempre con lo puesto" :)
Pues eso, ojalá no debas esperar demasiado tu παρουσία particular, si hace al caso... y felices New York's Pedro.
P.D.: Impagable ese vídeo de Gillian Hills. Aún me estoy riendo.
Leo el poema de Bonnett mientras - ohhhhhhhh, qué suertuda soy y tú que lo pones, me pones, nos pones -suena de fondo Vivaldi.
Luego me derrito mientras Claudia - y él, sin la mirada de él, no hay escena - baja las escaleras a lo Aida. Tienes toda la razón, paroxismo total, sino fuera porque mis hojas tiemblan horrorizadas por las nieves, los huracanes o cualquier otra circunstancia que en N.Y. ponga en peligro a ésta, nuestra página Glup de todos los días amén.
cristal00k, tu ancianidad (no te lo crees ni tú) es bella y no me fuerces a glosar tus múltiples virtudes, tan abundantes, que está el patio de vecindad muy alterado y no sabe uno si en realidad es un reno o todo el trineo, jo, jo, jo, y esa canción serratiana es una puñalada al corazón sensible y alterado por lluvias de otoño/invierno y vaya usted a saber si eso de la parusía es otro cuento de los de negro y con tantas Gillian Hills he bailado que ya no me río porque me duelen las articulaciones con eso del twist (and shout) que es anterior a tu Help (eso grito frecuentemente) porque he cantado todas las canciones y resulta que ahora se me han olvidado las letras y solo tarareo, chocho perdido, perdona , bonita, el más anciano del lugar soy yo. Y te beso, ya ves.
MAGNOLIO, no creo que te ponga, reina, porque los autobuses funcionan con regularidad y tú no vienes y estoy en la estación, sentado en el muelle de la bahía, con Otis y otros y resulta que Claudia se llama Aida en esa película y la mirada de Jacques Perrin es lo que da sentido a esa escena mágica, que ganas te dan de abrazar a esa pobre mujer tan bellas, bellísima a la que los hombres timan y ahí podríamos entrar en tantas historias que en el mundo han sido y he visto tantas películas italianas que a veces me siento Sordi o Gassman y NYC está ahí, a horas (muchas, ay). Tus pecados quedan perdonados.
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