jueves, 10 de diciembre de 2009

Jet lag y ya.

(Aquel mes. Treinta y un días, treinta y uno y volver, ya, ¿Cuándo fue?)



He recorrido un largo camino. He conocido a muchas, muchas personas. Me he bañado a uno y otro lado del Atlántico, dónde termina la tierra y dónde empieza. He dormido en 16 camas diferentes, junto a la misma mujer. He visto amanecer casi cada día, el atardecer de bastantes, bosques interminables y también bosques quemados, árboles nuevos, flores, guacamayos, flamencos, aves extrañas en los manglares, cayos, estrellas de mar, ermitas, corazones abiertos, catedrales, caminos de siempre, nuevos, lluvias tropicales, la cola de un huracán, alucinados intentando grabar la vida en vez de vivirla, fotógrafos de todo aquello que se menea, compulsivos devoradores de sol. He escuchado historias de vidas tristes, de vidas alegres, músicas de siempre, sonidos de la pobreza, ruidos en la noche, croar de ranas gigantes, arrullos de pájaros. He tocado sonrisas con la punta de los dedos, la piel de la dicha, los vestidos de los seres desnudos, de los que tienen poco. He volado. He visto mis paisajes interiores, mis miedos, mis deseos, mi alegría. He vivido con intensidad mi ahora. He hecho tantas cosas que ahora mismo no soy capaz de contarlo todo.

Me he visto –soy ese que sonríe, el que levanta la copa y brinda por la vida, el que camina con gesto decidido-. Sí, me he reconocido. En este…

Perdona, dijiste que ibas a buscar al Otro. En este viaje ¿lo encontraste?

Cierto, lo encontré, estaba ahí mismo, era yo. Nos hicimos amigos. Ya hablaremos de eso. Pero ahora tengo un tremendo dolor de cabeza. Será el jet lag del agobiante viaje de ahora.





Artículo 25.

• 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
• 2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

9 comments :

ybris dijo...

Será el jet lag, sí. Lo curioso es que te das la paliza acumulando sensaciones, contactos y fotos y sólo te das cuenta de lo acumulado cuando empiezas a olvidar los detalles y queda el poso.
Y no hay poso mejor que el conocer al otro que somos nosotros mismo cuando nos alejamos.

Abrazos.

Ventana indiscreta dijo...

Vamos Sir Peter, como dice Ybris que se me ha adelantado a la idea: el poso y el reposo. Eso sí, que no te manden de este último y menos en cama que tu andar es la calle y tu folio parte del equilibrista que llevas dentro.
La próxima vuelo sin motor por la mesa de Ocaña, ahí sólo verás terrones y, últimamente un sinfín de cruce de caminos y AVES.
Besos de un match.

Arantza G. dijo...

Un viaje siempre viene bien, sobre todo si es al interior de uno mismo.
Los otros te enseñan, te enriquecen, o empobrecen (los bolsillos)te destrozan los pies...pero el viaje al Yo es agotador.
Besos

mabel g. c.© dijo...

Del viaje interior ya me voy aburriendo, siempre el mismo paisaje, casi que me lo hago durmiento la mayor parte del tiempo... De vez en cuando me gustaría saborear ese plato agridulce del JET LAG, el vuelo al ras sólo deja los huesos maltrechos.

De lo que has visto, me quedo con el paisaje humano.

Un saludo.

Ariadna dijo...

No aterrizes porque necesitamos de tu vuelo..."y si hay que correr un riesgo que haga daño fly away, fly away hasta que vuelvan las luces" yo se que te aliviará el maldito dolor.
Y es asi...el otro no es nada más que uno mismo.
Fuerza.

Camille dijo...

Un brindis por la vida es una buena visión. Yo diría que la mejor, aunque a veces sea borrosa (me refiero al líquido de la copa....)

ana p. dijo...

Tras esa concatenación de claroscuros, el encontrar un reflejo y reconocerlo me parece que bien vale un jet lag... Al fin y al cabo Alicia fue gigante y enana en el mismo cuerpo. besitos

virgi dijo...

Bien vale un jet lag si te has reconocido en ti y en el Otro.
Ardua labor y comprensible el dolor de cabeza.
Reposa, pues.

Un sonrisa a tu largo camino.

gaia07 dijo...

Apoyado en una esquina del tiempo te observas y te reconoces. Falta saber si dejarás que la distriada realidad disponga, ahora, de la misma libertad con que la encontraste.

Un beso.

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