jueves, 3 de diciembre de 2009

Cocodrilos en Bilbao.

A quien pueda interesar


Que otros hagan aún
el gran poema
los libros unitarios
las rotundas
obras que sean espejo
de armonía


A mí sólo me importa
el testimonio
del momento que pasa
las palabras
que dicta en su fluir
el tiempo en vuelo


La poesía que busco
es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida


José Emilio Pacheco.


Continúan los problemas en mi ciudad. Como sabéis, Bilbao está lleno de elefantes; dan a las calles un toque colorista y vistoso. Esto es algo a lo que ya estamos acostumbrados.

Ocupan mucho espacio de aparcamiento para los coches y vacían sus intestinos en cualquier lado, pero esos son males menores. Alguna vez se sientan sobre un anciano, aplastándolo, pero nos sobran ancianos, tampoco nos importa.

Los turistas japoneses, daneses, yanquis que vienen al museo Guggenheim se fotografían junto a ellos y la ciudad se hace famosa en el mundo. Hasta aquí lo habitual.

Pero desde hace unas semanas estamos siendo invadidos por cocodrilos del cieno. Muchos, cientos de cocodrilos reptando y mordiendo a todo lo que se mueve alrededor.


Y bueno, también es colorista, pero peligroso.

Los reptiles se refugian en las esquinas y se abalanzan sobre los confiados viandantes que se desplazan a sus trabajos o que pasean por los parques. Ya es habitual ver a mis paisanos sin brazos, sin piernas o sin orejas.

Y las autoridades continúan sin intervenir. La proximidad de las elecciones les tiene paralizados. Ningún partido político quiere definirse sobre esta extraña plaga.

Esperemos que sea pasajero porque de verdad que es peligroso y comienza a ser muy preocupante.

Ah, por si fuera poco, esta mañana la televisión informó la aparición en nuestras playas de cachalotes acampados permanentemente en la arena. Parecen dispuestos a pasar aquí el otoño; ahora comienza la temporada de baños y por lo que parece no dejan espacio ni para colocar las toallas.

Todos son problemas en Bilbao.



 Artículo 18.
  • Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.




20 comments :

 Mayte dijo...

Y sin embargo...también lo echo en falta.

Hoy Musus.

Pedro M. Martínez dijo...

Mayte, ¿qué?, ¿a quién?

Ventana indiscreta dijo...

Ibis

"Quién como yo" croa Ibis a medida que se hincha de vanidad.
"Soy el mejor poeta de esta charca. Nadie me iguala, nadie me aventaja. Soy el más grande, el único, el supremo."

El sapo guarda silencio y contempla su efigie en las aguas turbias. Un minuto después vuelve a croar:

"Soy el mejor poeta, soy el más grande".

"Eras", dice la garza y engulle a Ibis.

"No hay nada perdurable", sentencia impávida la rana. "Lo que asciende desciende. Lo que ha empezado acabará también. La arrogancia encuentra siempre su castigo."

El coro de la charca entona un breve elogio fúnebre de Ibis -y no vuelve a acordarse del sapoeta.




My gentleman, no hablabas ayer de poetas, pues te dejo prestado, bueno te lo doy ese poema del último libro de J.E. Pacheco titulado 'La edad de las tinieblas'. Muy optimista con respecto al mundo desde luego no es el mexicano con respecto al lugar en el que vivimos. Buenos textos en prosa que te recomiendo. Y lo de Ibis no va de chunga, fíjate mi subsconsciente que lo empezó a escribir con 'Y', siendo tan humilde y generoso ese que tu y yo conocemos.

Que ya voy......
Ah, besitos croantes de ciudad como isla de hombre.

Tinta de aterrizaje dijo...

Dices que a diario asomo con poesía.
Puede que sean las grullas de Gallocanta las que me atraviesan.
Y, como quiera que sea ese poder, ver así tu ciudad, tan calibrada de animales, es un lujo.

Hoy barrito.

Ariadna dijo...

Qué delirio...
Abrirse paso entre cocodrilos y elefantes? no es menor.
Siempre tendremos el Artículo 18...

ana p. dijo...

Pues cuídate mucho y mira bien dónde te sientas, y cuando cruces o dobles una esquina, hazlo siempre después de mirar a ambos lados...
Mi ciudad está llena de sapos, son menos peligrosos pero mucho menos exóticos. Bicos

Camille dijo...

Pues yo sólo espero que lo de los elefantes no lo digas por mí jajaja
cocodrilos a tutiplén, oye! este Azkuna delira cada día más
afú!

El peletero dijo...

Este es un problema típico de todas las grandes y medianas ciudades, más importante, creo yo, que el cambio climático o la superpoblación de osos marinos en los mares del norte. Sin ir más lejos, a mí me ocurre igual en mi casa, la tengo invadida de cocodrilos, aparecen al alba y devoran todo lo que encuentran sin, y eso es lo más triste, derramar una sola lágrima.

Barcelona también es reptiliana, dragonil, el dragón de Sant Jordí, el del Parque Güell, todo está lleno de dragones buscando a su princesa. No queda ni una, se han ido todas. ¿En Bilbao queda alguna?

Saludos

Pedro M. Martínez dijo...

Mira Ventana indiscreta J.E. Pacheco también dice:

A mí sólo me importa
el testimonio
del momento que pasa
las palabras
que dicta en su fluir
el tiempo en vuelo


(Ahí arriba)
Quién se hinche de vanidad dos males tiene.
Y con el subconsciente hay que tener cuidado, nos juega malas pasadas.
Con los besos, no, desmesurados.

mabel g. c.© dijo...

Que el azar "austerino" haya hecho coincidir elefantes y cocodrilos en Bilbao, es asombroso para mí, que casi he dejado de creer en las coincidencias. Y sobre todo debe de resultar bastante incómodo convivir con animales de ese tipo.

Por mi parte, debo compartir espacio con insectos de varias especies, todos pican sin reparo, pero el más insoportable es el que revolotea con un zumbido traicionero y cobarde, sin asomar el hocico.

En cierto modo, empiezo a pensar que cocodrilos y elefantes pueden ser menos peligrosos que los taimados insectos. No sé...

Buenísima la descripción, me hago una ligera idea de la situación.

Te mando un beso "algo pachucho", no sin recomendarte que tengas mucho cuidado con las verdaderas telas de araña.

Pedro M. Martínez dijo...

Tinta de aterrizaje, pues yo grazno, ululo, pío, hipo, lo peor es que digo tonterías sin cesar sin asomo de pudor. O lo mejor, yo qué sé.
Admirado de tu estilo. Un beso nada animal.

Pedro M. Martínez dijo...

Ariadna, a este paso estaremos en artículo mortis.
Así como los elefantes son majos, unos salaos, los cocodrilos son traicioneros y retorcidos.
No gana uno para sustos.

Pedro M. Martínez dijo...

Ya tengo cuidado, ya, ana p., no te preocupes, pero esta es una ciudad peligrosa.
Los sapos son encantadores, incluso algunos son príncipes encantados. Bicos

Pedro M. Martínez dijo...

Camille ¿Has adivinado quién es Azkuna de los dos?

Pedro M. Martínez dijo...

Vayamos por partes El peletero, ese problema que dices es general. Esa especie que aparece al alba y devora todo lo de la nevera, todo lo que encuentra, se llama hijos. Es posible que sea de la especie hijos no emancipados, que son los peores
Bilbao está lleno de princesas, pero lleno. Son tantas que lo que es el coito es prácticamente imposible de practicar, aún dentro del sagrado vínculo. Debe ser algo del RH – o de la corona, que oprime alguna parte del cerebro e imposibilita eso del sexo. Saludos

pepa mas gisbert dijo...

Casualidad de las casualidades blogueras y lectoras, el otro día buscando un poema de Pacheco, encontré éste que nos muestras, me gusto su alejamiento de la poesía pretenciosa y la búsqueda de la poesía que fluye suave.

Un abrazo

gaia07 dijo...

A este paso cuando recibas este comentario quedarán pocos bilbaínos enteros en Bilbao. Mira que si por estas cosas ya no resulta tan mágico vivir la realidad.
Lo mismo tenemos que mudarnos al Nilo o a los bosques de Angola si se vienen todos aquí. Claro que cachalotes acamparan en todas las playas. Habrá que negociar el sitio de toalla ¡fijo!

Un besote, genio.

El peletero dijo...

Pues si que lo tenéis mal en Bilbao, en Barcelona no hay princesas, pero está lleno de mujeres guapas a las que les gusta practicar eso que llamas “sexo”.

Yo no tengo hijos, te hablaba de cocodrilos de verdad, de esos enormes del Serengueti, poca broma.

Saludos.

Camille dijo...

Ay la leshe! no pensaba que tenía que adivinar. Espero que seas Azkuna! jajajajajajaja

Magnolio dijo...

No entiendo porque nadie comenta los post antiguos si son tan tarantantán.

Este es un remarke de otro y sigue siendo buenísimo.

El que me chifla de verdad es el 2007, me iría allí ahora mismo, pero perdería el autobús.

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