Esto ocurre solo una vez
Bigotes de morsa, leopardos heridos de arrepentimiento, su voz sonando tenue, desconcierto, no sé si debo seguir sentado, aburrido en su portal, o enredarme en la anilla que aprisiona la frágil pata de una paloma torcaz, cerrar todas las puertas con románticos candados, deshojar alhelís sobre las sábanas aún húmedas, besar el dorso de sus manos y el ahora se pierde entre los dedos, aire, nada, minucias quizás entre lo importante y lo superfluo, lo que hoy es primordial, mañana, si llega, será un absurdo o no será, arrullos maternales y un molino de agua, besos de pico de golondrina, amor sin sangre, sin espinas, todo el folklore del aturdimiento, no sé qué me ha ocurrido, una sombra oscura me cegó y me dejé, disculpas, querías saber de qué iba esto de amar y ser amada, turbada, seducida, el deseo como un relámpago y el trueno, tu cuerpo al viento, curiosidad de suspiros y grana, de luces transparentes, el poema entre las manos, tú y yo, nosotros, en el mismo escalón, libres, dándonos, recogiendo la cosecha del azafrán y el abrazo, trémulos, riendo, la ternura envolviendo el júbilo, desnudos, hermosos, bellos, pregonando el abismo, insensatos, despoblados de cordura, escarabajos en el barro del camino a ninguna parte bajo un cielo verde, tierra mojada en el jardín, habitaciones envueltas en luz tibia, las incipientes hojas de la primavera acechando, fuimos paso a paso a la inmortalidad de lo ya hecho, del afán, de los jazmines, del silencio de los pájaros bajo el alero, constelaciones en las entrañas, los muslos enternecidos, versos en tus oídos, jamás escuchaste antes esta canción de arroyos y volcanes, de jungla y violonchelos, de horizontes heridos y la luna colgada de un piano, me dejé engañar por tus palabras, amándonos frente a un espejo, nos vimos, éramos nosotros, ¿recuerdas?, pesadumbre de ocasos y naufragios, la etiqueta colgada de una oreja, eres el que eras, ¿lo soy?, y ¿qué?, fidelidad a los que fuimos, dama en la almena y su guerrero rompiendo la espada en la decencia expuesta en los atriles, el viento en una caja, el tiempo resbalando sobre el río de la vida al borde de las cenizas, ¡despierta!, te regalo una quimera antes que de la negra mina salgan los fieros, los voraces perros de la pena, los animales hambrientos de estrellas y fango, de tanto y nada, vivos en otoño con Garcilaso y Lennon en los bolsillos, con juegos de niños en la noria, un amor iluminado, una esperanza por la que deslizo mi lengua y mi aorta, con nuestros nombres en el futuro pozo del olvido, ¿no lo ves?, galopa y gime el invierno, sisea el verano en tus bragas rojas, temes el fuelle del infierno, la caldera de los ojos múltiples que siempre te miran, te vigilan, el anillo doble, tus labios con pestillos, los dedos hurgando en las costuras de la túnica feliz, no existe lo infinito, existe ahora, esa vida que se ha sentado, obstinada, que no quiere andar más, ay, pobre niña formal, recuerda, das ist einmalig in der Geschichte, esto ocurre una vez en la historia.
2 comments :
jaja te has movido perfectamente en este frondoso jardín en el que te has internado esta vez, de hecho, con tu acostumbrada frondosidad verbal convences.. Otra cosa es que ella esté convencida de que efectivamente lo que le propone ocurra sólo una vez en la historia, mi sensación es que cuando es así, no te tiene que convencer nadie, lo sientes así. Un beso y buen domingo... único en la historia ( de cada uno; ), así que aprovechémoslo!
María, A los bosques yo me interno/ Pa consolarme llorando/ Y los bosques me contestan/"Lo que has hecho estás pagando" que cantaba el Cuarteto Zupay en aquellos tiempos en los que se cantaban estas cosas. Meterme en jardines es una especialidad que cultivo con mimo, con deleite. Vivir a lo tonto, a lo sí señor es tan aburrido que mirar a los ojos al otro y dejar un “qué” sin decirlo es un ejercicio de riesgo (según quién sea el otro/a). Pues eso, está siendo un buen domingo. Besos.
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